Una de las bebidas que más representan la identidad de los mexicanos es el pulque, de origen prehispánico, elaborado a partir de la fermentación del mucílago del agave o maguey.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno federal, el principal productor de la bebida etílica es el estado de Hidalgo, seguido de Tlaxcala y Puebla.
Un dato de la Asociación Nacional de Pulquerías Tradicionales señala que a finales del siglo XIX y el XX, el pulque era una industria poderosa en el país, ya que era la bebida más consumida, principalmente en la región centro.
Para quienes querían introducir pulque a la capital del país tenían que pagar un impuesto, por lo que llegó a ser el 70 por ciento de sus ingresos.
Se estima que ocho de cada 10 jóvenes gustan de consumir esta bebida, pero pocos conocen su origen, solo saben que es el “néctar de los dioses”.
Se dice que el pulque se consumía solo en festividades importantes y rituales en los cuales los indígenas se lo ofrecían como un tributo a sus dioses.
Solo podían tomarlo mayores de 50 años o los jóvenes que iban a ser sacrificados en los rituales dedicados a los dioses.
Cuenta la leyenda que la bebida surgió cuando Quetzalcóatl vio que los hombres en la tierra estaban muy tristes y quería darles un regalo para mantener el espíritu alegre.
Para eso se dio a la tarea de ir en busca de Mayahuel, una joven bella que estaba asociada a la tierra, la fertilidad y a la alimentación.
Ella vivía en el cielo con su abuela Tzitzímitl, quien la protegía de todo lo que tuviera que ver con la tierra.
Para la búsqueda se dice que Quetzalcóatl se convirtió en viento y llegó al cielo para convencer a Mayahuel; ella quedó enamorada de Quetzalcóatl y accedió a bajar a la tierra, donde ambos se fusionaron en una sola planta de ramas entrelazadas.
Sin embargo, la abuela de Mayahuel, al darse cuenta de la ausencia de la bella joven, bajó a la tierra y soltó un rayo que partió a Mayahuel en varios pedazos.
Quetzalcóatl volvió a su forma original y se dio a la tarea de unir todos los pedazos de Mayahuel y los plantó, surgiendo así la planta del maguey.
“La embriaguez que genera a quienes consumen pulque es para recordar lo que sentía Quetzalcóatl al estar junto a Mayahuel”, cuenta la leyenda.
Del maguey se extrae la aguamiel, y al fermentarse se origina el pulque, el cual se puede tomar de forma natural o preparado con diversas frutas o semillas para hacer más dulce su sabor.
Desde tiempos muy remotos se le ha asignado propiedades curativas, pues era considerado como un remedio eficaz contra diversos males.