Desde que Marvel Studios comenzó a realizar series de televisión para Disney+, el estudio estableció un diseño de producción específico para cada uno de los proyectos, anunciándolos como una oportunidad única para poder desarrollar los personajes y las historias a una profundidad que una película era incapaz de hacer, esto gracias a las 9 horas de contenido que las series aportarían al viaje del héroe en comparación con las dos horas y media promedio, pero lo que no anunciaron, al menos no públicamente en su momento, fue que est esquema de trabajo tendría dos particularidades, siendo la primera que cada producción sería rápida para cumplir una fecha de estreno específica y variada en plataforma, y la segunda que cada serie sería abordada como si se tratara de una película larga, lo cual, en esencia y dentro de los parámetros televisivos, puede ser un indicativo para el desastre.

Escribir para una serie de televisión no se trata de tomar un guion cinematográfico y estirarlo para que alcance el formato episódico de 9 horas o más, pues esta práctica sólo revela agujeros y espacios que usualmente son rellenados con material estático y de relleno, entorpeciendo la narrativa y estancándola por largos periodos hacia la nada o a una resolución ya predicha capítulos atrás; por otro lado, también se provoca que la historia se pisoteé a sí misma hasta volverse repetitiva, sin entender que cada episodio debe ser abordado, narrativamente hablando, como si fuera su propia película, su propia historia, con un inicio, desarrollo y final que impacta a la imagen general de los hechos, con la gran diferencia de que los arcos de personajes, sucesos y ambientes experimentan un tiempo prolongado en donde las consecuencias tienen un mayor espacio para respirar y demostrarse.

Si bien este método de producción dio resultado con series como WandaVision (creado por Jac Schaeffer, 2021), Moon Knight (creado por Jeremy Slater, 2022) y Loki (creado por Michael Waldron, 2021 – 2023), otros proyectos terminaron por evidenciar la falta de ritmo y cohesión que la formula ofrecía, aún más cuando este método de escritura no permitía que los personajes y situaciones respiraran con la libertad del tiempo de una serie, pues, en papel continuaban recluidas a una estructura de tres actos que tenía que asemejar a la producción cinematográfica.

Corte a 2024, donde el estudio, bajo la supervisión de Disney, sufrió una reestructuración creativa completa, donde la nueva norma es permitir que las producciones televisivas sean tratadas como tal, haciendo que los guiones finalmente crezcan con naturaleza y se nutran los unos a los otros hasta llegar a la imagen completa, dando como resultado la serie de hoy, el primer proyecto bajo la remodelación creativa. ¿Habrá dado frutos?

Así llega a las pantallas chicas de todo el mundo Agatha en Todas Partes. Creado por Jac Schaeffer (TiMER, WandaVision), y protagonizada por Kathryn Hahn (La Increíble Vida de Walter Mitty, Spider-Man: Un Nuevo Universo), Joe Locke (Heatstopper), Aubrey Plaza (Scott Pilgrim vs los Ex de la Chica de sus Sueños, Parks and Recreation), Sasheer Zamata (BoJack Horseman, Home Economics), Ali Ahn (Orange is the New Black, The Diplomat), Patti LuPone (Paseando a Miss Daisy, Beau tiene Miedo) y Debra Jo Rupp (That ‘70s Show, Friends).

En esta aventura mágica continuamos la historia de Agatha Harkness (Kathryn Hahn), quien, tras escapar del conjuro de la Bruja Escarlata con ayuda de un curioso Jovencito (Joe Locke), se encuentra en una carrera contra el tiempo para recuperar su poder, reuniendo a un aquelarre que le ayude a atravesar el legendario Sendero de las Brujas antes de que las Siete de Salem, y una extraña bruja llamada Rio Vidal (Aubrey Plaza), cobren su venganza contra ella.

A través de sus 9 episodios, Agatha en Todas Partes nos presenta una historia que se toma su tiempo para construir su propios temas, movilizando a sus personajes a través de un tablero de ajedrez emocional y situacional que poco a poco revela las diferentes vertientes temáticas que quiere involucrar dentro y fuera de su universo, siendo estos elementos desde lo fantasioso como la historia de la magia en un mundo de superhéroes, hasta el reflejo de la historia de la mujer bajo la denominación de bruja, llegando a un punto de discusión que involucra la hermandad, la identidad, el propósito y el miedo y la aceptación hacia la muerte.

Es en este campo ideológico y filosófico en donde los personajes son presentados, cada uno disfrutando de un momento de gloria para poder ser descubiertos y analizados con precisión sobre sus motivos; sin embargo, esta exposición no suele avanzar con la serie en la mayoría de los casos, abandonando a la mitad del cast en un encasillamiento arquetípico donde sus personajes solo funcionan como pilares de enseñanza para otros personajes, lo cual, llegado el final de la serie, queda como simple carne de cañón para rellenar una historia que necesitaba de estos sacrificios narrativos como combustible para su motor, dejando en la audiencia el mal sabor de boca de la esperanza a por un mejor desarrollo en episodios que, en retrospectiva, pudieron ser mucho más emocionales bajo el cuidado correcto.

El nivel de producción, en comparación con las otras series producidas por Marvel Studios, es mucho más práctica, lo cual crea escenarios vistosos y de concepto creativo, cada uno sedimentado en una estética familiar con temática mística e identidad propia, sumando a la narrativa general de la serie con pequeños detalles que hablan sobre el pasado y el presente psicológico de los personajes, similar a lo sucedido en WandaVision.

Este tipo de nivel de producción también nos ayuda a entender el tipo de historia que se nos presenta, abandonando la magnitud del espectáculo por un viaje mucho más personal y enfocado, guiado por la emocionalidad de los personajes y la clara definición de sus objetivos, los cuales, en un nivel más atractivo para la narrativa, se superponen los unos a los otros en una competencia de personalidades que ayudan a incentivar a la audiencia a continuar con el programa, con verdadera curiosidad de quién saldrá victorioso y bajo qué términos.

La mayoría de los capítulos cuentan con un ritmo propio, con un inicio, desarrollo y final bien definidos, aportando piezas al rompecabezas general que se nutre gracias a la química en la dinámica de los personajes, especialmente de mano de Agatha Harkness y el Jovencito, quienes irradian personalidad, carisma, un rango interesante en sus actuaciones y un ritmo constante en las interacciones con el resto del cast, el cual, como dicho anteriormente, usualmente se presenta sólo como pilares narrativos para impulsar la historia de estos dos principales.

Esta química entre protagonistas, aunque por mucho una de las mejores cosas dentro de la serie, usualmente llega a verse afectada por una dirección que deja mucho que desear, especialmente durante los primeros episodios y hacia el final de la historia, donde las reacciones e interpretaciones están por sobre o por debajo del nivel correcto, dando una apariencia paródica que minimiza el impacto de algunas escenas.

A pesar de lo anterior, y sin duda alguna, son los episodios 7 y 9 los que engloban la calidad de la serie, dando cierres y arcos completos dignos de la narrativa televisiva, donde se puede ver el beneficio de no tratar a la historia como una película larga al darle la oportunidad a cada elemento planteado a lo largo de la serie para dar frutos en forma de pasos narrativos que construyan un camino hacia final satisfactorios para los personajes que generen impacto dentro de la trama y dentro de aquellos que los rodean, creando círculos narrativos bien nutridos que, en la imagen general tras concluida la serie, ofrezcan un significado distinto a elementos artísticos como los colores, los diálogos, el vestuario y la escenografía.

Continuando con el último punto anterior, el nivel técnico es destacable, pero no perfecto. Los colores son vivos y narran una historia para cada personaje, atribuyéndose como parte del ADN de cada escenario hasta convertirse en una apropiación que nos ayuda a reconocer el momento de cada personaje; el vestuario es hermoso, especialmente con la fidelidad histórica de cada uno, sus colores vibrantes, y, al igual que el color, lo sencillo que se vuelven parte de la identidad de cada uno de los personajes, al punto de que sabemos su personalidad al pie de la letra a partir de la ropa presentada. La música destaca, en especial con sus canciones, cuyo impacto es otra gran demostración de la narrativa circular de la serie; sin embargo, los efectos no son tan buenos, y existen muchas escenas donde el mal manejo de la iluminación evidencia este problema y puede romper la inmersión de la historia, en especial cada escena que involucre a un fantasma.

Su mayor acierto como serie es la evolución temática de la historia alrededor de la muerte, el miedo que resulta enfrentarla y aceptarla como parte de la vida natural y como hecho dentro de la vida personal, las consecuencias del desafío o la negación de su existencia, y como esto influye en el rechazo de la identidad hasta el punto de aportar su propia perspectiva respecto a la reencarnación y la inmortalidad.

Al final, Agatha en Todas Partes es una serie con suficiente magia y misterio como para mantener el interés de la audiencia, presentando dos grandes protagónicos que se mueven entre los secretos de sus coprotagónicos hasta sumar un rompecabezas que se nutre de una narrativa circular alrededor de la temática de la muerte y sus múltiples implicaciones en el camino de la vida.

Si bien se hace un gran esfuerzo para construir una narrativa televisiva tradicional que genera resultados, la serie no escapa de tener errores en su ritmo y dirección, así como en la manera en la que se evoluciona a la gran mayoría del cast, cayendo en un inicio lento cuya motivación parece carente de sustento, pero de prestársele atención, la audiencia genuinamente saldrá recompensada al poder visualizar la imagen completa de la trama.

Una verdadera pieza diferente en el mar de la franquicia que es el Universo Cinematográfico de Marvel, sentando las bases para un mejor camino en la producción de series.

7.5/10

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