Aunque la nueva serie de HBO House of the Dragon presenta una variedad de dragones de todos los tamaños y colores, en México también podemos encontrar nuestros propios dragones.
Los dragones de México pertenecen al género Abronia, dentro de la familia Anguidae, que incluye aproximadamente 30 especies. De éstas, 20 se distribuyen en México, siendo 18 de ellas endémicas, conocidas comúnmente como “dragoncitos".
Una de estas especies fascinantes es el dragoncito azul, uno de los reptiles más hermosos de México que habita en los estados de Puebla y Veracruz.
Este pequeño lagarto, con escamas de un color esmeralda brillante, es nativo de la Sierra Madre Oriental, específicamente en los municipios de Huauchinango, Xicotepec de Juárez y Zacatlán, donde se desarrolla en los bosques húmedos y se distingue por su cola prensil que le permite trepar árboles en los bosques húmedos de la región.
Aunque la mayoría de estos lagartos son verdes, algunos muestran un color azul turquesa resultado de su dieta especializada.
Lamentablemente, esta especie se encuentra amenazada desde 2007, principalmente debido a la caza furtiva motivada por la belleza de su piel y la creencia errónea de que es venenoso debido a su color azul y lengua negra. Además, de que el comercio ilegal representa otra grave amenaza, alimentando una red que transporta ilegalmente estos reptiles hacia mercados internacionales, especialmente en Europa.
Recientemente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza añadió al dragoncito azul en su lista roja de animales en peligro. Biólogos expertos recomiendan no adquirir estos reptiles para permitir su reproducción natural.
Durante el período de 2005 a 2017, se recuperaron 97 dragoncitos, incluyendo 4 en un aeropuerto de Alemania, evidenciando el tráfico clandestino que pone en riesgo a la especie.
Expertos del Instituto de Biología de la UNAM advierten sobre los riesgos de capturar estos reptiles para el comercio de mascotas, ya que en cautiverio pierden sus vibrantes colores y se pone en riesgo su supervivencia.
Por último, vale la pena mencionar que el dragoncito azul representa un tesoro natural de México que merece ser protegido para las generaciones futuras, no solo por su belleza sino también por su papel crucial en el ecosistema local.