Quedó a deber, y mucho, al incumplir la promesa de solucionar la crisis de inseguridad y violencia que lacera al país, así como la de desterrar la corrupción y mejorar los sistemas de educación y de salud.
Intensifica el tono de su reclamo porque le resulta inaceptable que México se haya apartado de su órbita de influencia y le preocupa, en términos prácticos, no disponer de jueces que mangonear.
Todos ellos están bajo la lupa de compañeros y adversarios. ¿Lograrán frenar la reforma o uno de ellos será el “Judas” que les dé el anhelado sufragio que complete la mayoría constitucional y rompa la contención del bloque?
¿Qué es más dañino en lo inmediato para la estabilidad del país, el ya casi inevitable rediseño del Poder Judicial de la Federación o el que, para evitarlo o por lo menos suavizarlo, magistrados y jueces vayan a un paro indefinido?
La presidenta electa y una oposición extinta, secuestrada o sin identidad
Se extingue así el PRD a los 35 años, partido sin el que, ciertamente, no se entendería la evolución política del México actual y al que, paradójicamente, las fuerzas de izquierda ahora le arrebataron los votos que le daban vida.
El costo total prácticamente se duplicó hasta los 16 mil 800 millones de dólares y requerirá de otros cuatro mil millones de dólares que se tomarán del presupuesto de alguna o varias subsidiarias de Pemex.
Entre lo que queda de la oposición y los pataleos de una judicatura que sabe que será sacudida y reformada, se pretende poner piedras en el TEPJF a la calificación de la elección de Claudia Sheinbaum.
Sheinbaum ya convenció a Rosa Icela de aceptar el reto de ocuparse de la gobernabilidad nacional, para lo cual cuenta con una fluida relación con los gobernadores del país.