Hernán Gómez Bruera

Sheinbaum sorprenderá a más de uno, pero también tomará tiempo verla plenamente en acción. No es fácil sustituir un liderazgo carismático y tan popular como el de López Obrador sin romper con él.

¿Qué ocurriría, por ejemplo, si una rancia ultraderecha estilo Milei, Bolsonaro o Bukele nos llega a gobernar, y con ella un movimiento conservador que pueda promover a sus propios jueces?

No es más que un recurso desesperado, un invento para tener una agenda en medio de la orfandad política

La 4T representa una mayoría social que le confiere una gran legitimidad, pero una dosis mínima de realismo obliga a reconocer que no se puede desconocer a ciertos actores estratégicos para la gobernabilidad de un país.

¿Qué ayudaría más a la 4T? ¿Poder hacer cualquier cosa, cuando quieran y como quieran o elevar el sentido de exigencia con más controles y contrapesos?

Hay un electorado que lo voltea a ver con simpatía; que escucha a un personaje con propuestas sensatas y que puede dar la idea de ser una figura ajena a la partidocracia.

Zaldívar está contaminando la campa-ña y ha permitido que por días el centro de atención, que debiera ser la candi-data, se enfoque en él y sus escándalos.

Es un hecho que el panismo no tiene elementos para afirmar que sabe qué hacer en materia de seguridad o que puede hacerlo mejor que el gobierno actual.

Entre 2019 y 2021, el hombre que hoy aspira a gobernar la CdMx incrementó su patrimonio en tan solo dos años de 40 mil pesos a 14.4 millones

Es entendible que el tema de la inseguridad ocupe un lu-gar central entre las oposiciones, y que estas busquen aprovecharse de uno de los puntos débiles del oficialismo