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Zonas arqueológicas Puebla. Cantona, la misteriosa ciudad prehispánica de los falos

El comercio de la obsidiana permitió que Cantona se convirtiera en una ciudad con gran poderío económico y militar en la Puebla prehispánica

Zonas arqueológicas Puebla. Cantona, la misteriosa ciudad prehispánica de los falos
30/09/2021 |01:16
Redacción CDMX
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Cantona es una zona arqueológica ubicada en la región norte de la Cuenca de Oriental, Puebla.

Aunque Cholula es la zona arqueológica más visitada en Puebla, Cantona fue parte de una ciudad que llegó a ser una de las más importantes del México antiguo.

La enigmática Casa del Sol

Significa “Casa del Sol” y fue alrededor del año 900 a. de C., que albergó a los primeros grupos humanos sedentarios, quienes se establecieron en un terreno pedregoso y hostil -producto de un derrame de lava volcánica-, pero que ofrecía abundantes recursos naturales para su desarrollo.

Los yacimientos de obsidiana en las cercanías permitió su explotación y la posibilidad de un progreso exponencial en términos comerciales, sociales, tecnológicos y urbanísticos.

Fue precisamente el comercio de la obsidiana la que permitió que Cantona se convirtiera en una ciudad con gran poderío económico y militar.

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Quienes habitaron esta región en aquella época tuvieron la facultad de transformar el abrupto ambiente natural en urbano con tal éxito, que la ciudad llegó a ser una de las más importantes del México antiguo. Abarcó unas mil cuatrocientas cincuenta hectáreas con una población de 93 mil habitantes entre 600 y el 900 d.C.

Cantona se distinguió de otros centros urbanos de Mesoamérica por su compleja y eficiente red de vías de circulación; se calculan alrededor de 4 mil calles edificadas para comunicar a la población entre sí, además de caminos que conducían a campos de cultivo, canteras, yacimientos y hacia otras poblaciones.

La antigua ciudad destacaba también por su arquitectura asimétrica que obedeció a la desigualdad del terreno. Esto lo que contrasta con el trazo de otras ciudades del México antiguo, como Teotihuacan.

Esta condición determinó la distribución de los conjuntos de carácter cívico religioso, residencial y defensivo, dando por resultado una gran armonía visual y espacial. Las unidades habitacionales se ubicaron sobre plataformas elevadas y encerradas por muros periféricos.

Otro rasgo característico de su arquitectura fue la falta de cementante para unir las construcciones. Tampoco se empleó estuco o lodo en las superficies externas.

Decoraban las fachadas haciendo uso del color y textura natural de las piedras. Utilizaron el basalto azulado y de tonos plateados para rellenos y muros; el tezontle rojo careado para el recubrimiento de los taludes y de las estructuras principales en general; la cantera blanca o toba volcánica para escalones, pisos y pasillos de las pirámides, además de los basamentos de habitaciones de élite y caliza blanca para elementos ceremoniales como marcadores de enterramientos u ofrendas, discos del juego de pelota y altares.

En Cantona se encuentra el juego de pelota más chico del mundo antiguo.

Un gran misterio

Al igual que Teotihuacan, Cantona es un gran enigma para nosotros.

La escritora Carmen Boullosa la describe como una "ciudad sin dioses y de los caminos", sobre la que poco o nada sabemos. Incluso, el nombre de Cantona le fue dado hasta 1790, pues no existe ninguna referencia a cómo se llamó.

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Falos gigantes

En Cantona se han descubierto 17 esculturas de falos, algunos completos y otras sólo un fragmento de esa parte anatómica.

De acuerdo con el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Jesús Sánchez, algunas de las esculturas de falos no coinciden con la anatomía humana, sino con la de los felinos.

Algunas otras esculturas son piezas híbridas, mezcladas con la forma de una especie de hongo que crece en el excremento de esta fauna y que tiene propiedad afrodisiaca.

“Lo interesante es que los felinos son hiperactivos sexualmente. Ahí la arqueología encuentra un punto de anclaje: la analogía de la sociedad patriarcal con los felinos, por eso se venera el falo felino que representa la capacidad sexual que de los hombres de Cantona desean poseer, y el puma da la oportunidad de ser como él, luego de comer el hongo que crece en su excremento”, señala el autor de  la obra "La escultura en piedra de la ciudad arqueológica de Cantona, Puebla".

Zonas arqueológicas Puebla. Cantona, la misteriosa ciudad prehispánica de los falos
FOTO: Los falos de Cantona. INAH

¿Cómo llegar a Cantona?

Para llegar se debe tomar la carretera 150 hasta la caseta de cobro de Amozoc y luego desviarse hacia Teziutlán por la carretera 129.

La ciudad que habría fascinado a Borges

“Sin duda, esta ciudad habría fascinado a Borges. Y Borges habría lamentado no tener ojos para ver las piedras embriagantes que, si uno camina rápido al lado de ellas, producen una sensación de sueño, de ebriedad, de gusto, de desconocimiento, de estar pisando donde nada es muy sólido, aunque todo sea de piedra”, Carmen Boullosa, escritora.