El estado de Puebla está lleno de maravillas arqueológicas esperando ser descubiertas. A continuación, te presentamos algunas de las zonas más interesantes, ubicadas en Pueblos Mágicos. Si te fascina explorar templos ceremoniales y vestigios prehispánicos, estas joyas ocultas harán que tu viaje sea inolvidable.
Una de las zonas arqueológicas más visitadas es Cholula, conocida por la Gran Pirámide o Tlachihualtepetl, que significa "cerro hecho a mano" en náhuatl.
Construida por varias culturas para honrar a Quetzalcóatl, este sitio destaca por su basamento piramidal, el más grande del mundo, que esconde túneles que muestran la impresionante historia prehispánica.
Cholula es ideal para una visita corta desde la ciudad de Puebla, con el sitio arqueológico ofreciendo tres áreas: el museo, un recorrido iluminado por los túneles de la pirámide y los patios ceremoniales. Además, puedes disfrutar de la gastronomía local en sus alrededores.
Ubicada en la Sierra Nororiental de Puebla, Yohualichan, cuyo nombre significa "Casa de la Noche", es una antigua ciudad totonaca. El sitio destaca por sus cuerpos piramidales ornamentados con nichos, similares a las construcciones de El Tajín.
El conjunto ceremonial de Yohualichan incluye pirámides alineadas con los puntos cardinales y uno de los juegos de pelota más largos de Mesoamérica.
A solo 11 kilómetros de Cuetzalan, esta zona arqueológica ofrece vistas impresionantes y la oportunidad de disfrutar la comida tradicional del área.
Antes de llegar a Tlatlauquitepec, te encontrarás con Cantona, una de las ciudades más antiguas de Mesoamérica. Construida en terreno volcánico, Cantona es única por su diseño asimétrico, que incluye más de 500 calles adoquinadas, patios y templos.
Con más de 27 juegos de pelota y alrededor de 4,000 estructuras, Cantona ofrece una ventana fascinante al pasado. Además, es conocida por su producción de obsidiana, clave para su economía.
A menos de una hora de Huejotzingo se encuentra Los Cerritos de San Cristóbal Tepatlaxco. Este sitio de influencia olmeca tiene nueve basamentos piramidales ubicados a las orillas de barrancas, lo que les otorga una apariencia imponente.
Poblada entre el 300 a.C. y el 600 d.C., esta zona arqueológica destaca por su ubicación estratégica y su relevancia como fortificación.