Huamantla es una de las localidades más emblemáticas de Tlaxcala, famosa por la Huamantlada y la “noche en la que nadie duerme”. Además, posee una serie de atractivos culturales, históricos y arquitectónicos que actúan como un imán para los visitantes.
Uno de esos atractivos es la Parroquia de San Luis Obispo, un lugar que definitivamente vale la pena visitar en Huamantla. Muchos visitantes quedan impactados por su belleza y comparten su experiencia.
La Parroquia de San Luis Obispo
Según registros históricos, el convento de San Luis Obispo de Tolosa fue fundado en 1567 en el pueblo otomí de Huamantla, en la falda noreste del volcán La Malinche, en el extremo oriental del territorio controlado por el cabildo de indios de la ciudad de Tlaxcala.
La Parroquia de San Luis Obispo, ubicada en Parque Juárez número 13, colonia Centro, Huamantla, Tlaxcala, data de la época colonial. Su fachada está decorada con cantera gris y una serie de nichos ocupados por esculturas realizadas en alabastro.
En el interior de la capilla se conservan retablos barrocos de gran valor artístico dedicados a la Virgen María y a Jesucristo.
Un elemento destacado es la restauración del retablo principal, que tiene la particular característica de ser asimétrico. La iluminación con luz neón resalta su belleza, creando un efecto similar al de un bello atardecer.
Las cúpulas de la capilla han sido pintadas de tal forma que se aprecia la influencia del barroco indígena, con representaciones de ángeles y frutas. En el cuerpo central de la capilla se encuentra la imagen de San Luis Obispo, así como tres arcángeles: San Miguel, San Gabriel y San Rafael. Además, hay cuatro columnas con los bustos de los 12 apóstoles, tres en cada una de ellas.
Un dato peculiar es que el jueves de Corpus se colocan tapetes para la procesión del Santísimo por la tarde.