A través de sus calles empedradas y fachadas pintorescas, estos pueblitos transportan a los visitantes a un ambiente que recuerda a los rincones más bellos del continente europeo.
Estos lugares se han convertido en paradas obligadas para aquellos que desean explorar toda la belleza que el estado tiene para ofrecer.
Desde balcones floridos hasta plazas adoquinadas, cada rincón de estos pueblos emana un encanto único que invita a los visitantes a perderse en su belleza arquitectónica.
Y para aquellos que prefieren un poco de emoción, no hace falta preocuparse. Muchos de estos pueblos también ofrecen opciones para diversión, desde actividades al aire libre como senderismo y paseos en bicicleta hasta actividades extremas como salto de Parapente, Escalada y Rapel.
A media hora de la capital poblana, en el municipio de San Antonio Atzompa, existe un pequeño pueblo fundado en 1882 por inmigrantes italianos provenientes de la región del Véneto en Italia.
Su nombre proviene del náhuatl “Chipilli”, que significa “lugar de pequeños”, haciendo referencia a que es considerada como “la pequeña Italia en México”.
A pesar de que han pasado más de 100 años desde su fundación, Chipilo aún conserva los rasgos y dialecto de origen. Así es, sus habitantes, además de hablar español, utilizan el véneto chipileño: una mezcla de español, náhuatl y véneto, una lengua romance del noreste de Italia.
Aquí no existe ninguna plaza principal ni kiosco ni mercados. Sin embargo, sí, una iglesia de estilo barroco, dedicada a la Inmaculada Concepción, la cual es muy similar a las que se encuentran en el Norte de Italia.
Por último, si te gustan las emociones fuertes, en Chipilo puedes lanzarte del parapente con pilotos certificados.
Chipilo se localiza a 15 kilómetros de la ciudad de Puebla. Para llegar, debes tomar el bulevar Atlixco hasta la desviación a Chipilo.
Valle de Apulco se halla a aproximadamente 150 kilómetros de distancia de la ciudad de Puebla, en dirección a Cuetzalan. Sus impresionantes panoramas parecen extraídos de los encantadores paisajes del norte de Europa.
Apulco está a 1,300 metros sobre el nivel del mar, por lo que podrás disfrutar del bosque de niebla con la flora que cuenta este lugar.
En este lugar te toparás con impresionantes cascadas, senderos que serpentean entre densos bosques, una rica diversidad de flora y fauna autóctona, así como con paisajes que te robarán el aliento.
Su principal atractivo turístico es la Cascada La Olla, con 40 metros de altura, está formada por dos caídas de agua que se unen en una poza turquesa donde los visitantes pueden nadar a no ser que haya remolinos.
El Valle de Apulco está a 1,300 metros sobre el nivel del mar, y se encuentra sobre la carretera Zacapoaxtla-Cuetzalan, kilometro 4.5.
Este pueblito con aires europeos se encuentra a tan solo dos horas y media de la ciudad de Puebla y a muy pocos kilómetros Cuetzalan.
Su nombre proviene del náhuatl y significa “donde abunda el jonote”. En este lugar se encuentra uno de los miradores naturales más hermosos de la Sierra Norte, donde podrás admirar los paisajes más increíbles.
Conocido como “el balcón de la sierra” desde 1922, el Santuario del Peñón se encuentra a 800 metros sobre el nivel del mar y cuenta con una vista de 360 grados.
Desde esta altura podrás apreciar gran parte de la Sierra Nororiental y el Río Tecolutla.
Para llegar desde la ciudad de Puebla hay que dirigirse a Amozoc y tomar la carretera 136 hasta Libres. De ahí seguir por la carretera 129 D hacia Zaragoza y seguir hasta Zacapoaxtla.
Y finalmente tienes que ir de Zacapoaxtla hacia Jonotla.