Puebla cuenta con aguas termales para el disfrute y relajación de quienes gustan de ellas, ya sea por sus propiedades relajantes o curativas.

En primer lugar están las aguas termales de Chignahuapan, que gozan de fama y prestigio, pero no son las únicas.

El Pueblo Mágico de Chignahuapan cuenta con un hotel que ofrece a sus huéspedes la posibilidad de contar con agua termal en sus habitaciones.

Las aguas termales de Chignahuapan están consideradas entre las mejores del país.

Muy cerca de la ciudad de Puebla, en Izúcar de Matamoros, se encuentra el parque acuático San Carlos, que cuenta con aguas termales y es un sitio obligado de visita durante toda temporada vacacional, como Semana Santa.

Incluso en la ciudad de Puebla existe el Balneario Agua Azul que, en sus mejores años, era un sitio sumamente concurrido por parte de los habitantes de la capital del estado y sus municipios aledaños.

Las aguas termales

Las aguas termales emanan a la superficie terrestre con una temperatura más alta a la media anual de donde se encuentran.

Las aguas son calentadas por las formaciones geológicas debajo de la tierra que se encuentran a una temperatura mayor que la del ambiente.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las aguas termales son muy útiles a la hora de tratamientos de diversas afecciones, sin embargo, están muy lejos de curar ciertas enfermedades.

Análisis químicos han demostrado que las aguas de manantial cuentan con una alta cantidad de compuestos que están disueltos debido a su paso por las rocas, con esto, al aumentar su temperatura, aumenta la capacidad del agua de disolver algunos minerales.

Hay varios tipos de aguas termales: cloruradas, sulfatadas, bicarbonatadas, sulfuradas, ferruginosas y radiactivas

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