El tejocote, fruta originaria de nuestro país, aporta diversos beneficios a la salud de acuerdo con El Poder del Consumidor, ya  que contiene cierta fibra que ayuda al sistema digestivo y a controlar los niveles de glucosa y colesterol en la sangre.

Es rico en minerales como calcio y hierro; y vitaminas A, C y del complejo B.  Estos componentes ayudan a fortalecer huesos, la coagulación sanguínea, a fortalecer el sistema inmulógico.

Los tejocotes se suelen cosechar a partir de agosto, aunque su consumo mayor en noviembre y diciembre.

Su nombre proviene del náhuatl texócotl, palabra compuesta por el vocablo tetl, que quiere decir piedra, y xocotls, que significa fruto de sabor agridulce.

La región de Huejotzingo, en el estado de Puebla, ocupa el primer lugar nacional en producción de tejocote, que se cosecha el mes de noviembre para distribuirse a todo el país para las celebraciones navideñas.

En Santa María Atexcac, junta auxiliar del municipio de Huejotzingo, se encuentran los principales productores de tejocote.

Puebla es el mayor productor con 90 por ciento del tejocote que se consume en el país, con un aproximado de 5 mil 336 toneladas, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sedar).

Aunque las culturas precolombinas lo empleaban en remedios contra algunas enfermedades, el ponche navideño es el uso más característico de esta fruta 100 por ciento mexicana.

Para obtener un fruto de buena calidad y tamaño, el árbol de tejocote, cuyo nombre científico es Crataegus mexicana, debe tener un promedio de vida de entre seis y siete años.

La temporada de tejocote inicia a mediados de septiembre y termina a finales de enero. El fruto se recoge a mano y las cajas de 20 kilos se venden entre 300 pesos y 450 pesos.

Los productores de Atexcac distribuyen a algunos mercados de Puebla y también venden en la Central de Abasto de la Ciudad de México, lo que ocurre tras haber pasado por una crisis debido a la emergencia sanitaria por el Covid-19.

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