Las altas temperaturas registradas pueden afectar la consistencia de los zapatos o los tenis, debido, entre otros factores, a los materiales sintéticos con los que están elaborados en la actualidad.
Además, por el calor, la suela puede desprenderse, dado que en la mayoría del calzado, ya sea formal, casual o deportivo, no lleva costura y solo se pega.
Por lo tanto, al estar en contacto con la superficie caliente del suelo, que es donde se registra la mayor temperatura, las suelas del calzado sufren afectaciones.
Aunque podría pensarse que es algo nuevo, lo cierto es que no lo es, ya que desde hace años en diversos países se han registrado casos en los que, debido a las elevadas temperaturas, algunos tipos de calzado terminan por registrar estragos que pueden ir desde el desprendimiento de las suelas hasta la deformación del calzado.
Esto, sin dejar de lado que, al ser los pies puntos térmicos, el calor que se acumula en el calzado termina por afectar a las personas.
En redes sociales se pueden encontrar algunos casos en los que se aprecian los daños que causa el calor en el calzado.
Es por eso que la temperatura ambiente se mide a metro y medio del suelo, así como a la sombra, porque la percepción de calor al aire libre y en el suelo es mayor.
Incluso si se trata de cemento o asfalto, la percepción de calor es mayor que en el caso del suelo natural, como la tierra o el pasto.