Puebla es el segundo productor en México de mezcal, solo después de Oaxaca.
Una de las características principales del mezcal es su preparación artesanal. En Puebla, una de las marcas cuya manufactura es 100 por ciento artesanal, es Relámpago mezcal.
La elaboración de Relámpago permite conservar los sabores originarios de la población productora. Este mezcal se fabrica con agave en un ambiente semi silvestre en la Mixteca Baja de Puebla.
Una vez que las plantas de agave se cosechan, se cuecen bajo tierra en un horno tipo barbacoa, se machacan con desgarradora mecánica y se fermentan con agua de pozo en tinas de acero, para, posteriormente, ser destilado dos veces en alambique de cobre con refrescadera.
Relámpago tiene un sabor muy diferentes al mezcal de Oaxaca, que es el más conocido, pues tiene más sabores minerales y herbales, debido a su preparación que es muy característica de la zona de la Sierra Mixteca.
La producción de Relámpago ha buscado aprovechar el boom mezcalero para fomentar la reactivación económica de la comunidad y, a la par, aportar a la evolución del mezcal, que es una de las cinco bebidas mexicanas con denominación de origen, junto con el tequila, la bacanora, el sotol y la charanda.
Relámpago tiene diferentes tipos de mezcal, cuyo sabor cambia debido al tipo de agave, tiempo de cosecha y reserva.
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A nivel internacional, el mezcal se ha convertido en una de las bebidas más representativas de México. En los últimos años la producción de mezcal registra tasas de crecimiento de 35 por ciento.
En 2018 se ubicó en 4 millones 697 mil litros, casi un millón más que en 2017, cuando se produjeron 3 millones 467 mil litros. El consumo sigue el mismo ritmo de incremento anual.
Actualmente el mezcal se exporta a a 64 países. Estados Unidos concentra 65% de los envíos, le siguen España, Alemania, Francia e Inglaterra.
La palabra mezcal proviene del náhuatl mexcalli, que significa maguey cocido.
Como dato curioso, hasta hace no mucho, el tequila era conocido como vino mezcal.
Para todo mal, mezcal; para todo bien, también… y si no hay remedio: litro y medio.