Tras la caída de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521 y continuando el proceso de conquista, se vio la necesidad de fundar un pueblo intermedio que resultó ser Puebla.

El objetivo era tener una ciudad entre el puerto de la Villa Rica de la Vera Cruz y la nueva capital, para el creciente flujo de inmigrantes españoles que sin recursos y sin la esperanza de obtener encomiendas pudieran establecerse.

Al mismo se buscaba que sirviera como sitio de descanso y curación para los pasajeros provenientes de Veracruz.

Para cumplir con el propósito original de ser una colonia exclusiva de españoles, era necesario no despojar de sus tierras a ningún pueblo indígena.

La fundación de este nuevo pueblo fue concebida como un experimento social utópico que trató de proteger a los indios del abuso de los conquistadores y de los nuevos colonizadores españoles.

El experimento sirvió para crear una comunidad igualitaria, que sin el apoyo de aquellos prosperaran y crearan riqueza a la colonia y a la corona, y en un sentido práctico, asegurar las comunicaciones y el comercio entre México y la costa.

Así como para vigilar a una populosa región indígena en caso de una rebelión, sin embargo el experimento social finalmente se vio frustrado ante la imposibilidad de prescindir de la mano de obra indígena, para convertirse al poco tiempo, en una sociedad aristocrática y opuesta a los principios que la crearon.

Fundación de Puebla

Los franciscanos fueron los encargados de elegir a los primeros pobladores y quienes dispondrían la primera ayuda y servicios personales por parte de los indígenas, de acuerdo con escritos de Fray Juan de Toruqemada.

Documentos de la época dan fe de que los franciscanos en aquella época eran los guardianes de Cholula, Huejotzingo y Tlaxcala.

Fue así que la Fundación de Puebla está datada el 16 de abril de 1531 día de Santo Toribio de Astorga, domingo de Pascua de resurrección, cuando Fray Toribio de Benavente (Motolinia), celebró o estuvo presente en la primera misa.

Aunque la fundación de Puebla se indica que también pudo ser el 29 de septiembre de 1531 día consagrado a San Miguel Arcángel, cuando fue comunicado a los oidores, de la cédula que legalizaba la fundación de la ciudad.

Finalmente en los registros, se reconoce el 16 de abril como el día de la Fundación de Puebla, destacándose el papel de Juan de Salmerón (oidor de la Segunda Audiencia, que gobernó el virreinato de la Nueva España de 23 de diciembre de 1530 hasta el 14 de noviembre de 1535) como el gran promotor y realizador de la obra fundacional.

Sin embargo, la fundación abarcó un largo periodo de planificación, intentos fallidos y esfuerzos renovados, entre 1530 y 1534, periodo en el que Puebla fue proyectada, discutida, establecida, destruida y restablecida hasta que finalmente alcanzó la plena condición municipal, no sin el acuerdo pleno de sus fundadores y colonos y la continua amenaza de los desastres naturales.

Leyenda sobre la Fundación de puebla

Existe una leyenda sobre la fundación de Puebla, que por muchos años se tomó por cierta, y que se le adjudica al padre Francisco de Florencia, quien la difundió en 1647, más de cien años después, a través de su obra "Narración de la maravillosa aparición que hizo el arcángel San Miguel a Diego Lázaro de San Francisco..." en la que se lee lo siguiente:

“Dicen, pues, que entregado a la quietud del sueño del señor Obispo don Julián Garcés, una noche que asientan haber sido vísperas del Arcángel San Miguel, en su festividad, que celebra la iglesia el 29 de septiembre con el título de la Dedicación, le fue mostrado un hermoso, dilatado campo, por medio del cual corría un cristalino río, y estaba rodeado de otros dos que le ceñían y circunvalan, poblado de variedad de yerbas y flores cuya amenidad fomentaban y entretenían diferentes ojos o manantiales de agua que brotaban esparcidos en todo su terreno haciendo entender al venerable Prelado que aquel era el lugar que tenía el Señor preparado para la fundación que se pretendía a cuyo tiempo vio descender de los cielos a él algunos ángeles, que echando los cordeles, planteaban y delineaban la nueva población. Despertó muy de madrugada y la primera diligencia que hizo fue celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, con mucha devoción y recogimiento y haciendo llamar después a los Religiosos Franciscanos que se hallaban en Tlaxcala (entre los cuales estaba el padre Toribio Paredes de Benavente) y otras personas distinguidas y de sus confianza, así españoles como indios, les refirió el sueño y les dijo que estaba resuelto a salir en persona a reconocer la tierra por si en ella hallaba el sitio que se le había mostrado, para cuyo efecto quería que lo acompañaran. Salió, pues, con esa comitiva, dirigiéndose, no sin superior impulso, hacia la parte sur y habiendo andado cinco leguas llegando al paraje que hoy es la ciudad, suspendió la marcha, haciendo alto en el y teniendo la vista por un lado y por otro lado, conocía ser el mismo que se le había manifestado en el sueño y volviendo a los que le acompañaban les dijo estas palabras: "Este es el lugar que me mostró el Señor y en donde quiere que se le funde la nueva ciudad". A estos agrado mucho el sitio y reflejadas después todas las circunstancias creyeron desde luego que de la asignación que de él hizo el señor Obispo fue por superior ilustración”.

¿En qué lugar se realizó la Fundación de Puebla?

Respecto al lugar de la fundación existen dos versiones, la de Diego Bermúdez de Castro, que señala que Puebla se estableció en un lugar donde ya existía una venta regenteada por dos españoles, Esteban de Zamora y su pariente Pedro Jaimes, en el camino de México a Veracruz.

Sin embargo, en un informe de la Audiencia (órganos judiciales creados por la Corona de Castilla) señala que el lugar elegido estaba apartado del camino principal, unas cinco o seis leguas, que después fue desviado para que pasara por Puebla, fuera de Bermúdez de Castro ninguna documentación menciona ni a los españoles ni a su venta.

De acuerdo con documentos de Torquemada y recogidos por investigadores posteriores, Puebla se fundó en un paraje solitario, antiguamente ocupado por un establecimiento indígena, llamado Cuetlaxcohuapan "lugar donde se lavan entrañas" o "tierra de serpientes".

Sin embargo, aunque se confirma el nombre con anales mexicanos, en ningún otro documento es posible confirmar que hubiese existido una población con ese título.

También existe otro documento sobre un informe que fue enviado el 13 de agosto de 1531 por Juan de Salmerón a la corona.

Juan de Salmerón quien era oidor, presidente de la Segunda Audiencia y encargado de la fundación de Puebla menciona que había escogido un lugar a una legua al norte de Totumiacan (Totimehuacan), lugar donde había existido una importante población indígena destruida 60 años atrás por los Tepeaca.

Unos habían huido a Tlaxcala y un reducido grupo permaneció en el área que en 1531 contaba solo con unas cincuenta o sesenta familias, al llegar los fundadores españoles aquellos protestaron por la cercanía a su pueblo reclamando sus antiguos derechos de tres o cuatro leguas, antes de la derrota ante los Tepeaca.

Sin embargo, aunque Salmerón no explicó cómo se resolvió ese conflicto, menciona a Alonso Galeote, quien fuera encomendero de aquellas familias y que posteriormente se convirtió en vecino de Puebla y miembro de su cabildo en 1533, hecho que se corrobora en otros documentos.

Y basándose en los testimonios de Fray Juan de Zumarraga y del licenciado Juan de Salmerón, la fundación de la primera ciudad se ubicaría entre el cerro de Guadalupe, llamado entonces cerro de Belén, zona actual de los fuertes de Loreto y Guadalupe, y la población de San Francisco Totimehuacán.

Salmerón la ubica a 4 km al norte de aquella población, con lo cual resulta que la fundación de la primera ciudad ocurrió al sudeste de la actual Plaza mayor o zócalo, pero se desconoce el sitio exacto.

Por su parte, el autor contemporáneo Hugo Leicht llega a la misma conclusión de Zumarraga y Salmerón. Mientras que el historiador novohispano Mariano Fernández de Echeverría y Veytia la ubica un poco más al norte, en las faldas del cerro de Guadalupe, es decir, en la margen oriental del río San Francisco, al norte de la iglesia y monasterio del mismo nombre. Veytia basaba su teoría  en que los primeros pobladores construyeron sus casas alrededor de este edificio.

¿Por qué se le nombró Puebla?

La Puebla, (lugar donde se puebla o acto de poblar), fue llamada así por sus fundadores en un período indefinido, quizá derivado de las "cartas de Puebla" concedidas por la corona para la fundación de las nuevas ciudades.

Hugo Leicht sugirió que Puebla provendría de , el franciscano español fundador de los minoritas, primeros misioneros de la Nueva España.

En tanto que algunos historiadores vieron en el sueño de Fray Julián Garcés el origen del nombre de "Los Ángeles”. Sin embargo, el nombre que fue dado muy pronto a la ciudad, probablemente se atribuya a los misioneros franciscanos quienes tenían gran devoción a los santos Ángeles.

Así también el ministro general de la orden franciscana que envió a los doce misioneros a la Nueva España se llamaba fray Francisco de los Ángeles o el convento en que los reunió en 1523, antes de su salida se llamaba Santa María de los Ángeles.

De tal forma que los mismos franciscanos pidieron a la reina le concediera al establecimiento el título formal de Ciudad de los Ángeles, sin embargo, sus habitantes siguieron llamándola afectuosamente Puebla, no obstante las prohibiciones y amonestaciones del ayuntamiento que llegó a multar a quienes insistieran en tal nombre.

La ciudad de Puebla también contó con el título "muy noble y muy leal" gracias a una Cédula emitida por la Casa Real española en febrero de 1561, marcando su importancia frente a otras ciudades virreinales.

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