El día siguiente a Halloween se conmemora una fecha muy especial para los mexicanos. Aquí te contamos qué celebramos este 1 de noviembre.
El 1 de noviembre es una fecha profundamente significativa en la cultura mexicana, pues marca el inicio de las celebraciones del Día de Muertos.
Conocido como el Día de Todos los Santos, este día se dedica a honrar las almas de los niños fallecidos, también conocidos como “angelitos”. Familias en todo el país preparan altares coloridos adornados con flores de cempasúchil, velas y dulces para darles la bienvenida a estos seres queridos que partieron jóvenes.
En el ámbito católico, el 1 de noviembre también tiene un profundo significado. La Iglesia celebra el Día de Todos los Santos, un homenaje no solo a las figuras canonizadas, sino a todas las almas que, tras superar el purgatorio, han alcanzado el paraíso junto a Dios.
Durante esta fecha, se recuerda a aquellos santos y mártires que vivieron de acuerdo con la fe, y se llevan a cabo vigilias, procesiones y misas especiales en su honor.
También se venera a la Virgen María, la Santísima Trinidad, patriarcas bíblicos y ángeles, integrando a todos los que se cree han alcanzado la paz eterna.
La celebración de Todos los Santos tiene sus raíces en los primeros años del cristianismo, cuando los mártires eran honrados en los lugares donde perdieron la vida. En el siglo IV, la cantidad de mártires aumentó considerablemente, por lo que se decidió crear una fecha unificada para su conmemoración.
Hacia los siglos VIII y IX, esta tradición se extendió por Europa, y el papa Gregorio III estableció oficialmente el 1 de noviembre como el día en el calendario litúrgico para esta celebración. La fecha coincidía con el fin de las cosechas, convirtiéndose en un momento de gratitud y reflexión.
En México, el Día de Todos los Santos y el Día de Muertos se celebran con una diversidad de actividades culturales:
Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, esta festividad mantiene viva la tradición de celebrar la vida y recordar a quienes ya no están con nosotros, destacando el valor de la familia y el legado de los antepasados.