El Himno Nacional Mexicano cumple 78 años de haber sido regulado para prohibir cambios en su letra y música, ya que en el proceso de adopción del canto patrio sufrió cambios y alteraciones que respondían a las tendencias políticas del país.
Antes de ser adoptado de manera generalizada en el país, en las ceremonias oficiales se entonaba una marcha que hacía referencia a la Batalla de Puebla.
El himno fue compuesto entre 1853 y 1854, con letra de Francisco González Bocanegra y música de Jaime Nunó, y originalmente estaba compuesto por 10 estrofas,.
En 1855 el gobierno del presidente poblano Juan Nepomuceno Álvarez prohibió las estrofas 4 y 7 que hacían alusión al derrocado Antonio López de Santa Anna y Agustín de Iturbide.
Drante el gobierno de Benito Juárez se usó como himno nacional para ceremonias oficiales una marcha en honor al general Ignacio Zaragoza tras su victoria del 5 de mayo de 1862 contra las fuerzas francesas en Puebla.
La Marcha Zaragoza fue compuesta por el músico hidalguense Aniceto Ortega del Villar, en honor al militar, considerado el mayor héroe nacional de la época.
Fue hasta el mandato de Porfirio Díaz que el himno escrito por Jaime Nunó y Francsico González Bocanegra fue tomado en cuenta para ser interpretado en las ceremonias oficiales, señala el sitio Música en México.
La letra del Himno Nacional Mexicano sufrió varios cambios tanto en la música como en las letras, como por ejemplo la estrofa que se interpretaba en 1910 que decía: "Pero nunca ese grito de guerra, entre hermanos repita el cañón, solo cante, ya libre, la tierra, su himno santo de paz y de unión", en lugar del tradicional "Mexicanos al grito de guerra".
El 20 de octubre de 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho, originario de Teziutlán, Puebla, emitió un decreto en el que se regula el canto y la ejecución del Himno Nacional, que prohíbe alterar, corregir o modificar tanto la música como la letra.
Las 10 estrofas originales compuestas por Francisco González Bocanegra son las siguientes.
Letra completa del Himno Nacional Mexicano
Estribillo
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón;
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.
I
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
De la paz el arcángel divino,
Que en el cielo tu eterno destino
Por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
Profanar con su planta tu suelo,
Piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo
Un soldado en cada hijo te dio.
II
En sangrientos combates los viste
Por tu amor palpitando sus senos,
Arrostrar la metralla serenos
Y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas
De tus hijos inflama la mente,
Los laureles del triunfo tu frente
Volverán inmortales a ornar.
III
Como al golpe del rayo la encina
Se derrumba hasta el hondo torrente,
La discordia vencida, impotente,
A los pies del arcángel cayó.
Ya no más de tus hijos la sangre
Se derrame en contienda de hermanos;
Solo encuentre el acero en tus manos
Quien tu nombre sagrado insultó.
IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
Te defiende la espada terrible,
Y sostiene su brazo invencible
Tu sagrado pendón tricolor.
Él será del feliz mexicano
En la paz y en la guerra el caudillo,
Porque él supo sus armas de brillo
Circundar en los campos de honor.
V
¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
De la patria manchar los blasones!,
¡Guerra, guerra! los patrios pendones
En las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
Los cañones horrísonos truenen
Y los ecos sonoros resuenen
Con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
VI
Antes, Patria, que inermes tus hijos
Bajo el yugo su cuello dobleguen,
Tus campiñas con sangre se rieguen,
Sobre sangre se estampe su pie.
Y tus templos, palacios y torres
Se derrumben con hórrido estruendo,
Y sus ruinas existan diciendo:
De mil héroes la patria aquí fue.
VII
Si a la lid contra hueste enemiga
Nos convoca la trompa guerrera,
De Iturbide la sacra bandera
¡Mexicanos! valientes seguid.
Y a los fieros bridones les sirvan
Las vencidas enseñas de alfombra;
Los laureles del triunfo den sombra
A la frente del bravo adalid.
VIII
Vuelva altivo a los patrios hogares
El guerrero a contar su victoria,
Ostentando las palmas de gloria
Que supiera en la lid conquistar.
Tornaránse sus lauros sangrientos
En guirnaldas de mirtos y rosas,
Que el amor de las hijas y esposas
También sabe a los bravos premiar.
IX
Y el que al golpe de ardiente metralla
De la Patria en las aras sucumba,
Obtendrá en recompensa una tumba
Donde brille de gloria la luz.
Y de Iguala la enseña querida
A su espada sangrienta enlazada,
De laurel inmortal coronada
Formará de su fosa la cruz.
X
¡Patria! ¡Patria! tus hijos te juran
Exhalar en tus aras su aliento,
Si el clarín con su bélico acento
Los convoca a lidiar con valor.
¡Para ti las guirnaldas de oliva!
¡Un recuerdo para ellos de gloria!
¡Un laurel para ti de victoria!
¡Un sepulcro para ellos de honor!