Beber agua es un elemento vital y generalmente recomendado, pero en exceso puede traducirse en afectaciones a la salud.
La recomendación general es consumir al menos dos litros de agua al día, pero en situaciones extremas como las temporadas de calor, el consumo podría aumentar debido a la consiguiente deshidratación.
El cuerpo necesita cierta cantidad de agua para funcionar adecuadamente, pero si el consumo es insuficiente, se produce deshidratación, lo que puede derivar en afectaciones a la salud.
Todos los excesos son malos y causan diversas afectaciones, incluso si se consume demasiada agua. Esto implica que dejaría de ser algo benéfico para el organismo y comenzaría a causar daños.
En el extremo, puede derivar en una enfermedad llamada hiponatremia, que es causada por diversos factores, entre ellos, el consumo excesivo de agua. En esta condición, la sal y los electrolitos del organismo quedan demasiado diluidos y los niveles quedan por debajo de lo conveniente.
La hiperhidratación puede generarse por diversos factores, como beber mucha agua u otros líquidos que los riñones no son capaces de eliminar a través de la orina. También puede producirse por una retención de líquidos, normalmente provocada por alguna enfermedad.
Un adulto debe consumir entre dos y tres litros diarios de bebidas, no solo agua. En este concepto se incluyen los líquidos que proporcionan las frutas y verduras, una sopa o el café, así como las cervezas y refrescos.
En consecuencia, es necesario tener cuidado para no caer en el extremo que pueda poner en riesgo la salud, aunque el consumo de agua sea altamente recomendable.