Los hermanos Carmen, Aquiles y Máximo Serdán fueron figuras clave en Puebla durante el inicio de la Revolución Mexicana en 1910. Aquí algunos datos curiosos e interesantes que quizá no sabías.
En México, cada 20 de noviembre conmemoramos el aniversario de la Revolución Mexicana, un evento trascendental que marcó el inicio de una nueva etapa en la historia del país y sentó las bases para la democracia.
Pero dos días antes, el 18 de noviembre de 1910, en Puebla, los hermanos Serdán Alatriste se convirtieron en los primeros mártires del movimiento revolucionario.
Su valentía y sacrificio los colocaron como figuras clave de este capítulo histórico. Aquí te compartimos algunos datos que probablemente no conocías.
Su hogar, hoy convertido en el Museo Regional de la Revolución Mexicana, fue el epicentro de reuniones clandestinas donde estudiantes, obreros y mujeres se unieron al movimiento de Francisco I. Madero. La casa aún conserva los impactos de bala del enfrentamiento del 18 de noviembre de 1910, que selló su lugar en la historia.
Las armas utilizadas por los Serdán provenían del norte del país y de Estados Unidos, muchas de las cuales fueron introducidas por Carmen Serdán, escondidas bajo los vestidos largos de las mujeres revolucionarias. Curiosamente, Arsenio Combaluzier, amigo y compadre de Porfirio Díaz, proporcionó parte del arsenal al movimiento, traicionando al dictador.
Durante el enfrentamiento en su casa, los Serdán y sus aliados resistieron valientemente contra casi mil soldados del gobierno, demostrando una valentía inquebrantable.
En 1932, Aquiles Serdán fue nombrado “Benemérito de la Patria” y su nombre quedó inscrito con letras de oro en la Cámara de Diputados.
Desde la azotea de su casa, Carmen gritó:
“¡Vengan! ¡Por ustedes lo hacemos! ¡La libertad vale más que la vida! ¡Viva la no reelección!”
Posteriormente, Carmen escribió una crónica de los hechos, preservando su testimonio para la posteridad.
Filomena, esposa de Aquiles, participó activamente en la resistencia mientras estaba embarazada. Natalia, la hermana menos conocida, tuvo un papel crucial al escapar con los niños para protegerlos durante el asalto.
Tras el enfrentamiento, el cadáver de Aquiles Serdán fue exhibido en el Palacio Municipal de Puebla, como un siniestro recordatorio para disuadir a otros revolucionarios.
Carmen vivió hasta los 73 años, falleciendo el 21 de agosto de 1948. Su vida estuvo dedicada a preservar la memoria de su familia y la causa revolucionaria.