Hace algunos años, el alpiste dejó de ser considerado solo como un alimento para aves y recuperó su posición en el plano nutricional y de salud.
Esto se debe en gran medida a la elaboración y comercialización de la leche de alpiste, consumida por quienes desean llevar un estilo de vida saludable y natural, y también por quienes buscan combatir malestares como la presión arterial.
Una de las formas más sencillas y deliciosas de consumir alpiste es convertir sus semillas en leche.
- Dieta de adelgazamiento: sus enzimas activan el aparato digestivo, favoreciendo una óptima digestión y la pérdida de peso. También ayuda a disolver y eliminar depósitos de grasa corporal, convirtiéndose en una aliada contra la celulitis.
- Antioxidante: actúa como barrera ante los radicales libres, ayudando a retrasar el envejecimiento.
- Hipertensión: ayuda a regular la presión sanguínea.
- Colesterol: su contenido en omega 3 y 9 ayuda a regular los niveles de colesterol malo en la sangre.
- Diabetes: contribuye a regular el nivel de azúcar en sangre.
- Nutrición: contiene una cantidad significativa de proteínas y minerales vegetales, así como vitaminas E y B, altamente beneficiosas para el organismo.
- Diurético y antiinflamatorio: es altamente diurética y posee cualidades antiinflamatorias, ideales para combatir problemas de circulación y retención de líquidos.
Es importante tomar en cuenta posibles alergias o intolerancias a ciertos alimentos o cereales. Además, no se debe considerar la leche de alpiste como un sustituto de una comida completa, sino solo como un complemento nutricional.