El Pueblo Mágico de Xicotepec cuenta con diversos atractivos turísticos, muchos de ellos de tamaño monumental y que se pueden observar desde cualquier punto de la localidad.
Sin embargo, en las calles Porfirio Díaz y Santa Rita, en la colonia Centro, se encuentra la Xochipila, un centro ceremonial testimonio del conocimiento cosmogónico del juego de luz y la formación de la serpiente.
Se trata de una peña que, a decir de los habitantes, tiene antecedentes totonacos, pero también náhuatl y ahí se concentra la energía, lo que lo convierte en un sitio místico y lleno de sincretismos.
Xochipila significa “Flor de niña, Princesa de las flores”, aunque para muchos historiadores es “Flor que brota del agua”.
Quienes acuden al lugar se encontrarán con una piedra colosal de más de 13.5 toneladas de peso y 5 metros de altura, con una base elíptica de 11 metros de diámetro mayor y 5 de diámetro menor.
Llama la atención porque esta peña está rodeada de casas que se construyeron y las fachadas están decoradas con murales que también están relacionados a temas como dioses, energía, plantas, cultura prehispánica y demás.
Está acompañada por dos peñascos que coinciden con la figura del Códice Xólotl, donde se muestran tres piedras juntas frente a una cueva y el nombre.
Hay escaleras que permiten descender a una cueva, que a decir de algunos habitantes, se trata de la cueva del diablo y pocas personas la conocen o se atreven a ingresar.
Al menos así lo comentó un viajero que tiene su canal llamado Iván de Viaje, quien durante su visita a Xicotepec ingresó a esta cueva.
Con dificultad se adentró a la oscuridad de la oquedad, donde había ceras, plantas, amarres, peticiones, confeti y otros artículos, de acuerdo con la descripción que hizo.
Acompañado por un señor originario del Pueblo Mágico, comentó que en este hueco, que se encuentra debajo de la enorme roca, está destinado para la colocación de ofrendas.
Incluso, en una de las paredes se puede leer un aviso de advertencia que indica “Prohibido matar pollos, ni meter basura”, pero el youtuber comprobó que poco caso han hecho las personas a ese anuncio.
La misma cera de los cirios y veladoras que ahí se encienden, y no se apagan porque hay una especie de respiradero, han hecho que el suelo se vuelva un poco resbaladizo.
El originario también le comentó que se hacen fiestas cada 16 de junio y acude gente con música y diversos artículos para ofrendar, algunos para bien y otros para mal, porque así es la energía, oscura y de luz, blanco y negro, bueno y malo.
Después de ocho días, la mayoría acude a las celebraciones en el marco de las fiestas de San Juan Bautistas, entonces colocan flores blancas y amarillas sobre la peña Xochipila, pero no descienden a la cueva del diablo.
Se trata de un ritual a Quetzalcóatl, porque a decir de los cuidadores, en este centro ceremonial están plasmados tres niveles de energía: inframundo, mundo universal y supramundo.
En lo que resta del año, todos los martes y viernes se hacen pequeñas ceremonias tanto en la Xochipila como en la cueva del diablo.
Al salir del sitio, el hombre que le acompañó le recomendó comprar ruda, una planta que algunas mujeres venden cerca del sitio, para que le ayude a limpiarse de cualquier mala energía que haya absorbido en la cueva del diablo.
¿Te atreverías a ingresar?