El café de olla no tendría ese sabor tan especial si no estuviera servido en un jarrito de barro, o un buen mole poblano no sería auténtico si no se hiciera en una cazuela de barro.
Pero ¿de dónde viene el barro?
El barro o arcilla se obtiene de la tierra, específicamente de rocas feldespáticas que, al entrar en contacto con agua, producen caolinita. Los distintos tipos de este material se crean dependiendo del tiempo y forma en que es manipulado y erosionado.
Es encontrado en diferentes tipos y colores dependiendo de las temperaturas de su horneado, se clasifican y se les dan uso.
Barro rojo
Este tipo de barro es el más utilizado para hacer jarrones, tazas o platos, e incluso figuras ornamentales en México. En general, el barro rojo se trabaja de manera artesanal, el uso que tenga puede ser liso, barnizado o pintado a mano.
Para esta última técnica, usualmente, se utiliza el color blanco y ello hace única cada pieza, ya que no es manufacturada en masa.
Barro negro
El proceso de fabricación del barro negro data de años atrás, porque las primeras piezas de este material fueron encontradas en Monte Albán, Oaxaca, en tonos grisáceos mate.
También se encontraron vestigios de este material en las culturas zapoteca y mixteca de los Valles Centrales.
En esas épocas, este material era creado con tierra, pero su resistencia no era buena, y para mejorarla, los artesanos comenzaron a quemar el barro a fuego lento en hornos bajo tierra con troncos de encino.
La elaboración de elementos decorativos y vajillas se lleva hasta un mes, primero se moldea y reposa de 4 a 6 días; cuando queda firme, se realizan decoraciones y se deja secar durante 15 días.
San Bartolo Coyotepec es el municipio oaxaqueño que produce en mayor cantidad este tipo de barro.
Barro verde
La elaboración del barro verde o vidriado es similar a la de los barros rojo y negro, la diferencia es que en esta se hace una cocción antes de añadir la arcilla que le da el color.
Barro policromado
Una de las artesanías que caracteriza a Izúcar de Matamoros en Puebla es la cerámica o barro policromado, que es reconocida a nivel internacional, el barro se consigue en un cerro cercano y se muele hasta quedar pulverizado, se cuela y se combina con agua, luego se amasa por medio día y se pone en recipientes en un lugar fresco, después se deja reposar hasta por 24 horas.
Ya moldeadas, las piezas se dejan secar a temperatura ambiente por otras 24 horas, la recomendación es no sacarlas al sol antes porque se pueden partir.
Después van al horno a una temperatura de 800 °c por un lapso de cuatro horas.
En Puebla la alfarería es una tradición muy antigua, desde los siglos XVI y XVII, con la llegada de la Talavera, que está hecha de dos tipos de barros, uno negro y otro blanco, que se encuentran en la región y se combinan en partes iguales.
A diferencia de otros estados, este barro “se pisa”, es decir, se amasa caminando sobre él y se forman bloques para su almacenado, este tipo de artesanía se hornea dos veces, la primera dura aproximadamente 10 horas, llamándole al barro cocido “jahuete”, en la segunda horneada dura aproximadamente 8 horas, en la que los colores adquieren su brillo y relieve característicos.
San Marcos Acteopan es un pueblo situado en el estado, se le conoce como el corazón del barro, los alfareros dan forma al barro con sus propias manos, para elaborar las vasijas, las macetas y otros utensilios. El barro se trae de varios pueblos situados al norte de San Marcos, entre ellos San Andrés Ahuatelco, San Felipe Cuapaxco y San Francisco Tepango.