Las denominadas monodietas son adoptadas, en muchas ocasiones, por personas que buscan reducir peso y tallas, pero tienen implícitos algunos riesgos que deben tomarse en cuenta.
En principio, hay que establecer que la monodieta consiste básicamente en la ingesta de un solo alimento durante un periodo prolongado, lo que, desde el punto de vista más elemental, rompe con el principio básico de equilibrio en la alimentación.
Un solo alimento, como la avena, no es capaz de brindar todos los nutrientes y elementos que el cuerpo requiere para un desempeño óptimo.
Además, toda dieta debe ser recomendada y supervisada por profesionales de la nutrición, basándose en los requerimientos personales de quien la seguirá. Desde hace tiempo, las monodietas han ganado popularidad al proponer consumir un solo alimento durante varios días.
Los riesgos de las monodietas
Nutriólogos aseguran que las monodietas pueden provocar déficits de nutrientes y pérdida de músculo, además de afectar la salud física y mental, ya que pueden conducir a trastornos alimenticios y dismorfia corporal.
Hacen énfasis en que una buena alimentación debe incluir todos los grupos alimenticios para mantener el balance adecuado.
Entre los principales riesgos de las monodietas destacan:
- Pérdida de peso a corto plazo, pero solo de manera inicial.
- Deficiencia de nutrientes, ya que un solo alimento no es suficiente para cubrir los requerimientos del organismo.
- Atracones, como consecuencia de la restricción alimenticia, con impacto negativo en la salud.
- Afectaciones a la salud mental, debido a la carencia de alimento y la fijación en la idea de no consumir más.
- Efecto rebote, inevitable al concluir la dieta, cuando se retoman hábitos alimenticios y se recupera el peso rápidamente.