Por cuestiones de higiene y por tener un buen sabor de boca se sugiere quitar la vena negra que se encuentra en la columna de los camarones, que no es más que el intestino del crustáceo.

En el intestino se deposita los residuos de los alimentos, es decir, las heces fecales del camarón, por lo que antes de preparar los camarones para la comida se recomienda retirarles el intestino porque el contenido es amargo y antihigiénico.

La forma más sencilla de hacerlo es con ayuda de un cuchillo, con el que se hace un corte a lo largo del camarón y se le retira la tripa.

Si bien el cuerpo humano no sufre daño si no se desvena el camarón, es cierto que al retirarlo se evita tener un mal sabor de boca.

¿Cómo seleccionar camarones frescos?

El primer paso para evitar infecciones intestinales por culpa de los camarones, es saber elegir los camarones frescos y evitar comprar aquellos que ya empiezan el proceso de descomposición.

Para comparar mariscos, específicamente camarones frescos, el consumidor debe poner atención en la carne de los camarones, ya que esta debe ser de color claro, con un tono parecido al de las perlas, y con poco o ningún olor, señala la FDA.

El olor habitual de los camarones debe ser parecido al olor de la sal de mar. Sin embargo, algunos negocios lavan con cloro el alimento antes de ponerlo a la venta. En caso de que el olor de los camarones sea distinto, o muy fuerte, es probable que se trate de un alimento que no sea fresco.

Otro indicador de que los camarones están frescos es la cabeza. Si los camarones ya no tienen cabeza, o si al tocarla se empieza a desprender, se trata de un alimento que, probablemente, ya no es fresco. Lo recomendable es evitar consumir este tipo de camarones, puesto que podrían traer consecuencias a la salud del consumidor.

El hielo presente en los camarones también es una señal de que el producto no es fresco. Cuando los camarones se vean cristalizados, o el hielo se note a simple vista, lo más seguro es que el alimento lleve congelado varios días y no sea fresco.

Igualmente, es recomendado revisar la cola de los camarones, la cual podría presentarse en tonalidades opacas o distintas al color original del producto, cuando el alimento no sea fresco.

Una vez que se hayan seleccionado correctamente los camarones, la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) recomienda que este alimento así como los utensilios para cocinar, sean lavados y desinfectados antes de cocinarse.

La FDA enfatiza que no es recomendado consumir camarones y demás mariscos crudos, pues sostiene que para evitar infecciones, los mariscos y pescados deben cocinarse a una temperatura interna de 63° C.

Cuáles son los beneficios de comer camarones

El camarón es uno de los mariscos más populares. Se trata de un alimento sumamente versátil a la hora de cocinar, ya sea en sopas, guisados o ensaladas. Gracias a su adaptabilidad, el camarón es uno de los mariscos más consumidos en todo el mundo, su producción mundial supera los 4 millones de toneladas, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Sumado a su versatilidad, consumir mariscos es benéfico para la salud. De acuerdo con Sea Food Health Facts, el pescado y los mariscos son alimentos nutritivos que contienen proteína de alta calidad, omega 3, e importantes vitaminas y minerales, lo que representa beneficios para el corazón.

Otro beneficio de los mariscos es la baja cantidad de colesterol que aportan. Actualmente, las recomendaciones dietéticas sugieren limitar el consumo de colesterol a 300 miligramos (mg) por día. La mayoría de mariscos y pescados tienen menos de 100 mg de colesterol por porción, por lo que ayudan a los consumidores a llevar una dieta con bajos niveles de colesterol.

El pescado y los mariscos son una fuente de complejo B, vitamina D y A, las cuales ayudan a mejorar la salud ósea, combaten enfermedades cardiovasculares, fortalecen el sistema inmunológico, regulan los niveles de azúcar en la sangre y mejoran el funcionamiento de órganos como los pulmones y riñones, indica National Institutes of Health (NIH).

Los mariscos y el pescado son alimentos ricos en proteínas pero bajos en calorías, por lo que representan una opción para los interesados en llevar una dieta saludable.

Estudios recientes han demostrado que el consumo de pescado o marisco puede disminuir el riesgo de ataque cardíaco, de hipertensión y también provee nutrientes esenciales para el desarrollo de infantes y niños, agrega Sea Food Health Facts.

Aunque consumir mariscos presenta grandes beneficios para la salud, la FDA advierte a los consumidores que los camarones y el pescado pueden ser el ambiente ideal para bacterias, las cuales podrían causar infecciones severas.

Se recomienda seleccionar correctamente los camarones y mariscos en el supermercado, así como lavarlos y prepararlos adecuadamente antes de ser consumidos.

Con información de

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