Si eres de los que disfrutan de la gastronomía tradicional mexicana sin vaciar la cartera, los Pueblos Mágicos de Puebla y Tlaxcala te ofrecen experiencias culinarias únicas por menos de 500 pesos. Aquí te compartimos tres destinos donde comer es un verdadero deleite y además es barato.
Llegar a este Pueblo Mágico es viajar en el tiempo. Rodeado de valles y barrancas, Pahuatlán ha logrado mantener intactos sus modos de vida y tradiciones con el paso de los siglos.
Según la página de Turismo del estado de Puebla, la gastronomía de Pahuatlán tiene importantes componentes prehispánicos, lo que la hace única y rica en sabores auténticos.
Y para los amantes de los postres y bebidas tradicionales, Pahuatlán ofrece:
Hacer turismo en Huamantla es recorrer un destino rebosante de haciendas y ermitas en un entorno de colores, festejos populares y gran emotividad. Este sitio se incorporó al programa Pueblos Mágicos en 2007.
Huamantla se eleva en el valle tlaxcalteca a 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar, como un lugar mágico, con arquitectura de estilo francés, una antigua tradición ganadera, una singular destreza titiritera y el fascinante arte de los tapetes de aserrín.
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Visitar Huamantla es también una oportunidad para explorar el Parque Nacional La Malinche, uno de los volcanes más altos del país, ideal para actividades al aire libre.
Según el medio Ámbito Financiero, el Pueblo Mágico más barato para comer es Chignahuapan, Puebla. Visitantes aseguran que hay una excelente relación entre calidad y precio.
Puedes comer un platillo de mole poblano o tamales por menos de 100 pesos y además encontrar alojamiento desde 600 pesos por noche. Esta combinación lo convierte en una excelente opción para escaparte un fin de semana sin gastar mucho.
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