El 2 de febrero, además de ser una fecha en la que se disfrutan los tradicionales tamales, también es un día en el que muchas personas continúan con la tradición de vestir a su Niño Dios. Sin embargo, hay atuendos que deberías evitar, ya que no tienen relación con la religión y representan una falta de respeto a la fe. Aquí te explicamos qué vestimentas no son apropiadas para esta tradición y por qué.
Si alguna vez viste a tu abuelita llevar su imagen del Niño Dios a ciertos puestos del mercado o a la iglesia para ser bendecida, recordarás que la vestimenta juega un papel importante en esta costumbre. Comúnmente, se le coloca un ropón de bebé junto con otros accesorios como zapatos y gorros.
Sin embargo, algunas personas optan por vestirlo de otras maneras, como santos, deportistas o personajes de cine y televisión. Ante esto, la Iglesia católica ha establecido recomendaciones claras sobre cómo vestir al Niño Dios de manera respetuosa y acorde con su significado religioso.
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Según la Arquidiócesis de Puebla, vestir al Niño Dios no debe verse solo como una costumbre, sino como una expresión de fe y reconocimiento a su divinidad. A través de su vestimenta, se le honra con respeto y amor, evitando atuendos que distorsionen su imagen sagrada.
Aunque algunas familias lo visten con el uniforme de su equipo favorito, la Iglesia desaconseja esta práctica, ya que desvía el propósito religioso de la tradición y puede interpretarse como una falta de respeto.
Disfraces de superhéroes o personajes de películas, series y caricaturas, como Spider-Man, minimizan el simbolismo sagrado del Niño Dios y lo convierten en un objeto decorativo.
Aunque los santos y los ángeles forman parte de la tradición cristiana, vestir al Niño Dios como alguno de ellos es inapropiado, pues son los santos quienes buscan parecerse a Jesús, y no al revés.
Trajes de médicos, bomberos o policías, aunque creativos, no reflejan la misión de Jesús ni su esencia divina. La vestimenta debe centrarse en aspectos relacionados con su vida y ministerio.
Aunque los trajes típicos pueden parecer una forma de honrar las tradiciones locales, la Iglesia enfatiza que la figura del Niño Dios tiene un carácter universal y sagrado, por lo que es mejor evitar vestimentas que puedan desviar la atención de su divinidad.
Colocar objetos como monedas en la cabeza o borreguitos para “atraer lana” se considera inapropiado, ya que estas prácticas no están alineadas con la fe cristiana.
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La Iglesia católica sugiere vestir al Niño Dios con trajes que reflejen su carácter divino y su misión en el mundo, como:
Estas vestimentas destacan su figura como el Hijo de Dios y permiten expresar devoción y respeto a su imagen.