La tumba del compositor jalisciense José F. Vásquez, autor de más de 200 obras musicales, en el Panteón Francés de la Ciudad de México, fue profanada, denunció José J. Vásquez Torres, hijo del músico mexicano que vivió entre 1896 y 1961.
Poseedor de una trayectoria internacional como director de orquesta, José F. Vásquez es conocido como el "Hijo Predilecto del Estado de Jalisco" y tuvo colaboraciones, entre otras, con la orquesta de la BBC de Londres y Radio Francia. Fue el primer mexicano en dirigir en Japón.
Además, fue un imparable promotor musical y creador de instituciones fundamentales en México, como la Orquesta Filarmónica de la UNAM y la actual Facultad de Música de esa casa de estudios, también sentó las bases del proyecto que dio forma a Radio UNAM, así como de la Escuela Libre de Música que lleva su nombre, y la Compañía Mexicana de Ópera.
Su hijo, quien reside en Barcelona, dio a conocer en rueda de prensa virtual que ha iniciado una querella legal contra quien resulte responsable, después de encontrar forzada la cerradura de la capilla funeraria.
Una serie de fotografías tomadas en el sitio evidenciaron que la capilla funeraria fue destruida.
“Es ignominioso y muy triste ver que la capilla de un ilustre universitario, Hijo Predilecto del Estado de Jalisco, esté convertida en una bodeguita: alguien rompió el candado y metió sus arreos de trabajo y pedazos de losa. La lápida desapareció”, describió.
Vásquez ha dedicado los últimos 36 años al rescate del profuso legado de su padre, nacido en Arandas, Jalisco, el cual quedó disperso tras su muerte, impidiendo que esta obra musical pudiera ser estudiada y difundida.
Hasta donde se conoce, el catálogo del músico se compone de más de 200 creaciones, de ellas 187 partituras recuperadas, entre las que destacan cuatro sinfonías, tres conciertos para piano y orquesta, y dos para violín y orquesta; tres poemas sinfónicos y un ballet.
También incluye 61 canciones de concierto, que a decir de Vásquez hijo, es probablemente la producción más amplia de lieder entre los compositores mexicanos, y siete óperas.
Este vasto acervo permaneció por décadas en el olvido. “Ha sido una búsqueda muy larga. Todo a contracorriente, sin apoyo financiero ni de las instituciones. Para darse una idea: algunas partituras las rescaté de bazares en La Lagunilla”, señaló el heredero universal de dicho legado, quien describe a su padre como “un gran fantasma de la música mexicana”.
A su vástago le tomó décadas que su obra sea interpretada, incluso por la orquesta universitaria que él mismo fundó.
Gracias a su esfuerzo, la obra de José F. Vázquez comienza a ser rescatada, como da muestra de ello el reestreno del Concierto número 1 para violín y orquesta (1921), interpretado en junio pasado por la violinista francesa Anna Göckel con la OFUNAM, en la Sala Nezahualcóyotl, bajo la batuta de Ludwig Carrasco.
Fue Carrasco quien halló el manuscrito, por casualidad, en la Biblioteca de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde se encuentra resguardado.
Vásquez Torres habló de los proyectos más relevantes de recuperación y difusión del legado de su padre.
Asimismo, se destacó la entrega, este 15 de julio, del archivo José F. Vásquez a la Escuela Superior de Música Fausto de Andrés y Aguirre (ESMUFAA), ubicada en Cholula, Puebla, para su salvaguarda, estudio y difusión.
En la conferencia participaron también Enid Negrete Luna, doctora en Artes Escénicas por la Universidad de Barcelona e investigadora de ópera; Gabriel Pareyón, musicólogo y experto en la figura del compositor, y Rodolfo Ritter, quien prepara la grabación de tres conciertos para piano del jalisciense.
"Este archivo (que sigue incompleto y no está reunificado), estuvo nueve años bajo resguardo del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (Cenidim), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), sin que hubiera avances en su estudio y difusión, abonando al olvido de su autor”, lamentó Enid Negrete, quien entonces como investigadora de ese centro, rescató y entregó el acervo a la institución.
“Se hizo la digitalización, pero no se buscó su preservación, nunca pusieron guardas a las partituras, ni se limpiaron; sólo se fumigaron”, aseguró la investigadora, quien mostró en fotografías el estado de la entrega realizada por el Cenidim: “incluso en cajas de huevo, algunas de ellas rotas o a punto de desfondarse, y en los mismos folders provisionales en que yo los entregué”, observó Negrete, quien prepara una queja formal.
Asimismo, denunció que el Cenidim se negó a facilitarle una copia de los documentos digitalizados, labor que hizo por su cuenta con Vásquez Torres y que se encuentra disponible para los interesados, previa autorización, en la ESMUFAA. “Una institución con 500 años de existencia, que reúne todas las condiciones de preservación y formará parte del plan de estudios para que jóvenes, de esta y otras escuelas, tengan acceso a esta información”.
Autor de José F. Vásquez, una voz que a los oídos llega, único libro publicado sobre el músico de Arandas, Gabriel Pareyón lamentó el debilitamiento institucional en el país, y la pérdida que representa para la institucionalidad pública que acervos de valía patrimonial como el de Vásquez, deban ser puestos en manos privadas ante la negligencia en su custodia.
En 2020, José J. Vásquez creó el sitio web josefvasquez.com, donde puede consultarse el catálogo actualizado de la obra de su padre. Otra parte de su producción está custodiada por la Facultad de Música de la UNAM.
Enid Negrete anunció para 2023, bajo su dirección escénica, se reestrenará la ópera El último sueño (1928), con alumnos del Studio Katzarava, bajo la batuta de Ludwig Carrasco. El debut de esta obra tuvo lugar el 28 mayo de 1961 con el tenor Plácido Domingo.
A partir de esta semana, el pianista Vladimir Curiel grabará un cd con obras a piano solo de José F. Vásquez, gracias a una ayuda del Sistema de Apoyos a la Creación.
Por otra parte, se están preparando la edición de la ópera El rajá, con músicas jóvenes, así como la Sinfonía 2, del Intermezzo de la ópera El mandarín y de la Sinfonietta, con el director musical Rodrigo Elorduy.