Es tan común que en las posadas la parte central sean las piñatas, que pocos se preguntan por qué quienes intentan romperlas lo hacen con los ojos vendados.
Esto representa una antigua tradición que se ha conservado durante siglos y que se aplica de manera obligada en todos los sectores sociales, siendo festejada por los asistentes.
Rodear el lugar donde cuelga la piñata, generalmente de una cuerda, y observar cómo la persona que está vendada intenta golpearla con el consabido palo para romperla, es una imagen clásica.
Para explicar por qué la piñata se trata de romper con los ojos vendados, es necesario recordar que la piñata original tenía siete picos que representaban los pecados capitales.
Se pensó que para superar la tentación se requería una fe sólida, por lo que se decidió resaltar el hecho de que la fe debe ser ciega y a prueba de todo, cubriendo los ojos de quien debía intentar romperla.
De esta manera, se asumía que romper la piñata equivalía a un triunfo del bien sobre el mal, una suerte de gracia divina que se concede a quien posee una fe sólida. Además, el acto simboliza la virtud que vence las tentaciones.
Por otro lado, la fruta, dulces y golosinas que se encuentran dentro de la piñata representaban las riquezas del reino celestial que caen sobre los asistentes.
Los cantos que acompañan el momento en que se rompe la piñata también son tradicionales.
Es importante destacar que no hay una limitante sobre el número de piñatas que se rompen en cada posada, pero algunos, llevados por la algarabía, suelen tener más de una piñata para el festejo.