La conmemoración del inicio de la gesta de Independencia durante la noche del 15 de septiembre y no en las primeras horas del 16 de septiembre, que es cuando, de acuerdo con registros históricos, todo empezó, parece una cuestión trivial, pero no lo es.
En la colectividad, durante años ha permanecido la percepción de que se debe a una decisión adoptada por Porfirio Díaz para hacer de un festejo personal una conmemoración nacional.
Al respecto, hay que considerar algunos datos. El primero es que, en 1825, Guadalupe Victoria, como primer presidente de México, oficializó el 16 de septiembre como día de fiesta nacional.
En 1896, Porfirio Díaz ordenó el traslado de la campana de Dolores de Guanajuato a Palacio Nacional, a fin de que desde ahí la pudiera hacer sonar en el marco de esa celebración.
Así dio inicio la conmemoración del inicio de la Guerra de Independencia, durante la noche del 15 al 16 de septiembre de cada año, con todo y la arenga y los vivas a los héroes que dieron patria y libertad a los mexicanos.
El dato que da sustento al hecho de que se escogió la noche del 15 de septiembre para hacer de un festejo personal una celebración nacional, con bombo y platillo, es que Porfirio Díaz Mori nació el 15 de septiembre de 1830 en Oaxaca de Juárez.
En consecuencia, durante más de 20 años, a la par de la celebración de su cumpleaños con una magna fiesta en Palacio Nacional, se conmemoró el inicio de la Guerra de Independencia y, con el paso del tiempo, la fecha permaneció.