Las condiciones desfavorables que enfrentan sustentan la decisión de muchos jóvenes sobre la posibilidad de ser padres, a pesar de que desean formar una familia. Así lo refirió la académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Luz María Galindo Vilchis, al hablar sobre las razones complejas que enfrentan los jóvenes y por las que deciden no tener hijos.
Refirió que, por ejemplo, “cada vez es más difícil encontrar un empleo fijo, y cuando se consigue uno, los sueldos suelen ser bajos y las jornadas laborales, largas”.
En esencia, una de las principales razones por las que los jóvenes deciden no formar una familia es la inestabilidad laboral y los bajos salarios.
Ello, aunado a que los ingresos que perciben no son suficientes para sostener a los integrantes de una familia, agrava la situación. Adicionalmente, el aspecto habitacional tiene peso.
Esto se debe al alto costo de las rentas, que lleva a que muchos jóvenes busquen permanecer en la casa paterna o compartir espacios con otras personas para economizar, lo que se materializa popularmente en la existencia de “roomies”.
Por otra parte, la académica considera que el tiempo que pasan en el transporte público, derivado de la dificultad de adquirir un vehículo y sostener su mantenimiento, complica la situación. No son pocos los jóvenes que recorren largos trayectos para llegar a sus trabajos, lo que limita su tiempo libre y su energía para dedicarse a una familia.
En otro orden de ideas, es claro que, a pesar de los avances en la materia, para el sector LGBTQ+, tener hijos es aún más complicado. Esto se debe a los obstáculos que enfrentan en los procesos de adopción o la gestación subrogada.
En esencia, en torno a la decisión de muchos jóvenes de no tener hijos, hay muchos aspectos que ejercen peso.