A tres horas y 40 minutos desde Puebla se encuentra este paraíso natural, cuyas postales recuerdan al Gran Cañón de Arizona, pero en realidad este destino está en territorio mexicano y muy cerca de Puebla.
Sus formaciones rocosas, la forma como impacta la luz y los riachuelos lo han hecho un gran atractivo para turistas y se encuentra en los límites entre Hidalgo y Veracruz.
Si vas en vehículo particular hay que llegar primero a Pachuca y desde ahí sigue un camino de otras dos horas con dirección al municipio de San Agustín Metzquititlán, así como la desviación hacia la comunidad de San Nicolás Atecoxco.
Por su atractivo hay también agencias de tours desde Puebla y la Ciudad de México que te ofrecen un viaje de ida y vuelta en el mismo día por precios que van de los 500 a los mil pesos.
Este increíble lugar está conformado por formaciones rocosas erosionadas por el agua y el viento que están dentro de una cueva rumbo al conocido Cerro del Picudo en Hidalgo.
Este cerro forma parte de la Barranca del Metzquititlán que significa lugar de la luna y que forma parte de una reserva de la biósfera del mismo nombre.
La caminata comienza en la comunidad de San Nicolás y hay que recorrer senderos y caminos llenos de manantiales y riachuelos que terminan en paisajes únicos.
Aunque forma parte de la biósfera, es propiedad privada, por lo que es importante tener en cuenta el acompañamiento de un guía que también proporcione seguridad y conozca los senderos.
De acuerdo con los aventureros que lo han recorrido, hay que llevar un cambio de ropa por si te mojas y usar zapatos deportivos o de montañismo, pues hay partes resbaladizas.
Ya dentro del cañón, observarás que el color de los muros cambia según la hora del día y cómo se proyectan las sombras por la luz del Sol.