Las palomitas de maíz se conocían en mesoamérica varios siglos antes de la llegada de los españoles y eran consumidas en lo que ahora es México antes incluso que las tortillas, los tamales y el pozole.
Se estima que las palomitas de maíz, que la gente llamaba momochtli, eran conocidas desde hace 6 mil años.
Bernardino de Sahagún, en su libro Historia general de las cosas de la Nueva España, narró el asombro de los conquistadores ibéricos al conocer los granos de maíz tostado que al fuego se abrían en forma de flor.
Nuestros antepasados conocían tres tipos de granos: el dulce, el duro y el indio, que era una mezcla de los dos primeros.
Para el momochtli, nuestros antepasados arrojaban los granos de maíz directo al fuego; cuando éstos se calentaban estallaban y salían convertidos en palomitas.
La forma tradicional de preparar el maíz palomero es vaciarlo en una olla con un poco de aceite, taparla y ponerla a fuego lento.
Gracias al éxito de las palomitas de maíz, en el mercado hoy se venden con sal y limón, naturales, con mantequilla, chile, queso, caramelo y hasta light.
De acuerdo al portal Fundación Tortilla, de las 59 razas de maíz cultivadas en México, siete son los maíces con los que se pueden hacer palomitas: Chapalote, Palomero Toluqueño; Arrocillo; Nal-Tel; Reventador; Palomero de Chihuahua y Palomero de Jalisco.
De Puebla es originaria la subraza palomera poblana. Este maíz se localiza dentro de la región conocida como Nudo Central Transvolcánico, territorio compartido en la intersección de Puebla, Veracruz y Oaxaca.
Difiere un poco del maíz palomero Toluqueño pues tiene granos más suaves y más punteados, lo que sugiere que pudo ser uno de los tipos intermedios de la relación que existió entre el palomero toluqueño y el pepitilla.
Pese a esta riqueza palomera, el maíz mexicano podría desaparecer en un futuro no tan lejano, debido a que el 99 por ciento de palomitas que se consumen en territorio nacional se hacen con maíz estadounidense.
Algunos de los principales beneficios de las palomitas son:
1. Combate el envejecimiento
Según la Cleveland Clinic, las palomitas de maíz contienen una alta cantidad de antioxidantes, incluso mayor a algunas frutas y verduras. Para aprovechar estos coimponentes, es necesario aclarar que las palomitas tienen que estar en su estado más puro sin haber añadido sal, mantequilla o caramelo. Los polifenoles (antioxidantes) también contribuyen a una mejor circulación y la reducción de enfermedades como el cáncer.
2. Buena digestión
Al ser el maíz un grano entero, las palomitas están cargadas de fibra, la cual es esencial para el correcto funcionamiento del sistema digestivo. Además de su función digestiva, la fibra puede disminuir la posibilidad de contraer enfermedades del corazón o diabetes. Para poder obtener sus beneficios, es necesario que sean bajas en sodio, ya que podría resultar contraproducente y aumentar el riesgo de contraer hipertensión.
3. Para el peso ideal
El portal WebMD explica que las palomitas pueden ser un buen snack para aquellos que buscan ciontrolar su peso. Esto debido a su contenido en fibra y pocas calorías. La fibra contenida en ellas proporcionará una sensación de saciedad que otros antojitos de calorías vacías no lo hacen
4. Ricas en vitaminas y minerales
De acuerdo a Healthline, las palomitas son altamente ricas en nutrientes. Tan solo una porción de 100 gramos contiene 15 gramos de fibra; 13 gramos de proteína y 78 gramos de carbohidratos; además de Vitaminas del complejo B; y minerales como Hierro, Magnesio, Fósforo; Potasio; Zinc; Cobre y Manganeso.
Para aprovechar todas las bondades de las palomitas, es mejor olvidarse de los paquetes para microondas y mejor hacerlas uno mismo.
Se recomienda abstenerse de agregar elementos como mantequilla, sal, sabores o azúcar y caramelo, de lo contrario se pierden todas sus propiedades iniciales.
La Clínica de Cleveland recomienda utilizar aceites de oliva, canola o aguacate, debido a que otros aceites vegetales no se deben calentar o contienen más grasa saturada. También recomiendan controlar las porciones y no consumir más allá de una taza.
Por último, explican que si realmente quieres añadirle un toque extra de sabor, puedes utilizar otras opciones como queso, salsas picantes, hojuelas de chile seco o, incluso, algunas gotitas de vinagre. El queso no solo le añadirá sabor sino tambipen, un toque extra de proteína.