Los molletes en Puebla tienen una versión peculiar y distinta a la que se conoce en otros lugares, ya que no son salados, sino que se consideran un delicioso postre. Por ello, más de un visitante puede llevarse una sorpresa al pedir o tratar de adquirir molletes poblanos.
Generalmente, se trata de un postre de temporada, disponible entre los meses de junio y septiembre. Su consumo se asocia a los chiles en nogada, ya que ambos se complementan como una opción de platillo y postre.
Los molletes poblanos no son pan de sal partido por la mitad, untados de frijoles refritos, gratinados con queso y acompañados con pico de gallo o salsa.
En realidad, son un pan de dulce relleno con crema pastelera, popular entre los poblanos. El pan se cubre con una capa delgada de dulce de pepita de calabaza y es relativamente pequeño, midiendo aproximadamente 13 centímetros de diámetro y cinco centímetros de altura.
Según la tradición popular, los molletes fueron creados en los conventos, como muchos otros platillos, y con el tiempo su elaboración y consumo se popularizaron entre la población.
Su venta y comercialización están asociadas a la celebración del Ex Convento de Santa Clara en el Centro Histórico de Puebla, que generalmente se celebra los días 11 y 12 de agosto.
Entre sus ingredientes básicos destacan harina de trigo, levadura, sal, azúcar, huevo y mantequilla. La crema pastelera se elabora con leche, yemas de huevo, mantequilla, azúcar, fécula de maíz, vainilla y coco rallado.
Durante la temporada, se pueden adquirir en la calle de los dulces, es decir, la 6 Oriente, entre la 5 de Mayo y la 2 Norte.