A tan sólo 15 kilómetros al sur de Puebla capital y perteneciente al municipio de San Antonio Atzompa, se ubica Chipilo, un pequeño pueblo localizado a 2 mil 150 metros sobre el nivel del mar.
El nombre de Chipilo, también proviene del náhuatl “Chipilli” que significa “pequeño hijo consentido”, aunque antes de ser un ‘pueblo independiente’, también se le llamó Chipiloc, por lo que sus habitantes le siguieron nombrando Chipilo.
Oficialmente, este pueblo se fundó el 2 de octubre de 1882 por inmigrantes italianos provenientes de la región septentrional del Véneto, aunque también hubo algunos piamonteses y lombardos entre los fundadores.
Este origen italiano, que se mantiene hasta nuestros días, ha servido para que aún se conserven gran parte de las tradiciones y vínculos culturales con aquel país europeo.
En 1880, el el Río Pave arrasó con la región del Véneto en Italia, razón por la cual los habitantes que perdieron todo decidieron cruzar el Atlántico al enterarse que el presidente de México, Porfirio Díaz, proveería terrenos y animales a agricultores del Mediterráneo que quisieran emigrar.
La única condición para esos emigrantes era que modernizaran el campo mexicano y que pagaran por las tierras ofrecidas en un plazo de 10 años.
A su llegada, muchos de ellos se dedicaron a la ganadería. Los productos lácteos se volvieron famosos en muchos lugares de México. Durante los primeros 20 años de su fundación, Chipilo fue una colonia de extranjeros llamada Colonia Fernández Leal.
Desde su llegada a nuestro país y en los años posteriores, los italianos de Chipilo se caracterizaron por mantener un vínculo importante hacia el Reino de Italia, hasta el punto de llamar "Monte Grappa" la colina sobre la ciudad, aludiendo a la montaña cercana al pueblo alpino de donde son originarios sus fundadores.
En esa colina, los emigrantes se enfrentaron en batalla contra los revolucionarios mexicanos para defender la colonia, que el gobierno de Porfirio Díaz les había pactado.
El 25 de enero de 1917, cien chipileños armados defendieron su tierra contra cerca de 4 mil revolucionarios de Emiliano Zapata, que trató de arrasar el pueblo de Chipilo, refugiándose en el cerro llamado "Monte Grappa".
El presidente Venustiano Carranza nombró "general" a Giacomo Berra, el jefe de los italianos en Chipilo, por esta victoria, que fue celebrada también por la prensa del Reino de Italia. Resultado de esta batalla, Mussolini (que simpatizaba con México: había recibido el nombre Benito como homenaje a Benito Juárez) apreció lo hecho por los italianos de Chipilo y les donó una escuela, lo que favoreció el crecimiento económico de Chipilo.
Existen también asentamientos de familias chipileñas en otras zonas del país, como en Veracruz, Guanajuato y Querétaro, que en su mayoría siguen manteniendo la lengua véneta y siguen trabajando en la industria agropecuaria.
Entre las actividades que se le recomienda a los visitantes que llegan a Chipilo, es visitar los diferentes establecimientos donde se producen productos derivados de la leche, como por ejemplo quesos de cabra, quesos de hebra, panadería italiana y demás.
Además encontrarás deliciosos lugares para comer, como pizzerías y cafés, donde sirven diferentes platillos con el toque de la cocina italiana que no encontrarás en ninguna otra parte.
Cabe señalar que a diferencia de otros lugares de Puebla, Chipilo no cuenta con un kiosco o un centro como tal, ni monumentos tan grandes, sin embargo, esa su sencillez y tranquilidad es lo que lo convierte en una excelente opción para relajarse, y conocer una cultura ajena a la nuestra.
Tampoco te puedes ir sin visitar la Parroquia de la Inmaculada Concepción, que aunque no tiene similitud con otros templos del Estado, no deja de ser hermosa, pues en su interior encontrarás diferentes figuras y pinturas religiosas que le dan una presencia diferente.
El trayecto desde la Ciudad de México a Chipilo, es de aproximadamente 134 kilómetros que se traducen en alrededor de una hora 50 minutos.
A continuación te compartimos la ruta que se debe seguir desde la capital del país.