Tres militares poblanos que participaron en la Batalla del 5 de Mayo en Puebla son poco recordados, pero el municipio de Tetela de Ocampo guarda su memoria con un museo que alberga objetos históricos de la intervención francesa, un monumento y las casas que habitaron perfectamente conservadas.
Juan Nepomuceno Méndez, Juan Crisóstomo Bonilla, y Juan Francisco Lucas, además de ser tocayos fueron tres oriundos de la sierra del Norte de Puebla que combatieron en la heroica batalla del 5 de marzo de 1862 frente al 6o. Batallón de la Sierra Norte.
En la batalla del 5 de mayo de 1862, el 6to. Batallón de la Guardia Nacional del Estado de Puebla estaba integrado principalmente por soldados tetelenses y xochiapulcas.
El general Ignacio Zaragoza mandó al 6to. Batallón a colocarse en una trinchera en el exterior del Fuerte de Guadalupe, por lo que fueron la primera línea del Ejército de Oriente en hacer frente a la infantería francesa con machete en mano.
En el sitio de Puebla de 1863, el General Miguel Negrete nombró a Juan Nepomuceno Méndez general de Brigada, a Juan Crisóstomo Bonilla como general adjunto y a Juan Francisco Lucas teniente coronel del “Batallón de Cazadores de la Montaña”.
Los Tres Juanes de la Sierra Norte forjaron su prompio mito y leyenda por su participación en la resistencia de 1865 contra la intervención austro-húngara encabezada por Franz von Thun, que tomaron las principales poblaciones de la Sierra Norte de Puebla. Sus combatientes derrotaron a 800 austriacos en la comunidad de Contecomapan mediante emboscadas.
Con estrategia de guerrillas en Tetela de Ocampo y Xochiapulco, expulsaron a los invasores de la sierra.
En Tetela de Ocampo se exponen piezas como lo son Banderas Originales que se usaron en la Batalla del 5 de Mayo de 1862, sables de la época, cañones, munciones, documentos de la batalla y el Plan de ataque del ejército francés.
El museo también contiene objetos de la Revolución Mexicana, en la cual los tetelenses también participaron, como fotografías, balas y monedas de oro y plata acuñadas en esta población.
Juan Nepomuceno Méndez
Juan Nepomuceno Méndez Sánchez fue presidente interino de México entre 1876 y 1877, nombrado por el general de división Porfirio Díaz, general en jefe del Ejército Regenerador de la República Mexicana y presidente de facto del país.
En su administración, reorganizó el Ejército Nacional y la Guardia Nacional; abolió el reclutamiento militar obligatorio, la pena de muerte civil y las penas corporales; otorgó libertad de culto y decretó oblilgatoria la educación primaria.
Tras su presidencia fue Senador por el Estado de Puebla en 1877, Gobernador de su estado y presidente de la Suprema Corte de Justicia Militar.
Murió el 29 de noviembre de 1894 en la Ciudad de México y sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Juan Crisóstomo Bonilla
Juan C. Bonilla, fue nombrado Teniente Coronel por el gobernador poblano Fernando María Ortega para dar enseñanza y adiestramiento militar a los habitantes de Xochiapulco.
Cobró fama en la invasión austro-húngara de Telela, donde se refugió en una cueva de carbón junto con Juan Francisco Lucas.
Recibieron en la cueva a enviado del Conde de Thun con una carta para pactar la paz, la cual rechazaron.
Los europeos atacaron Xochiapluco y trataron de tomar de rehén a la esposa de Juan Crisóstomo Bonilla, Doña Rosario, para que depusiera las armas.
En 1871 se unió al Plan de la Noria junto con sus paisanos Juan Nepomuceno Méndez y Juan Francisco Lucas para desconocer a Benito Juárez quien volvía a asumir la presidencia en 1871.
Juan Francisco Lucas
Lucas fue capitán del 6to Batallón durante la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, con una unidad de infantería atrincherada entre el Fuerte de Guadalupe y el Fuerte de Loreto con combatientes indígenas de la Sierra Norte armados principalmente con machetes.
La acción militar del Batallón consistía en establecer una emboscada contra la infantería francesa que buscaba tomar los fuertes.
Las leyendas sobre Lucas señalan que él mismo realizaba espionaje en las ligas enemigas haciéndose pasar como carbonero, y su fama le valió ser ascendido a general de brigada de la 2a. División de Oriente.
Tras la guerra de intervención se fue a la Hacienda de Taxcantla y nombrado Patriarca de la Sierra por los pueblos indígenas de la zona.
