Quienes visitan Puebla y quieren llevar un presente a sus familiares, de manera inevitable piensan en los dulces típicos. Y entre ellos, de manera primordial, en los camotes poblanos.
Una golosina con la que se identifica a Puebla y que sin lugar a duda se comercializa en otras entidades del país, pero no es el único con el que cuenta la entidad.
A la par de los camotes, aunque con menos popularidad, se encuentran los muéganos de Tehuacán.
Además, por supuesto de los mostachones, mazapanes, macarrones, tortitas de cielo, arrayanes, muéganos, gaznates, novias y borrachitos.
Durante la época navideña, por ejemplo, la preparación y consumo de mazapanes artesanales, envueltos en papel de china, es una tradición.
El camote en Puebla
La preparación del camote poblano, como dulce, se remonta a la época colonial, e incluso se les considera como fuente de inspiración para el diseño de la Casa del Alfeñique.
Entre otras versiones, se dice que el camote poblano, como golosina, fue creado en un convento.
El camote poblano se prepara con la raíz del tubérculo, conocida como papa dulce. Su nombre deriva del náhuatl camohtli y se cocina con azúcar y esencias cítricas.
Desde hace más de 8 mil años se cultiva en el continente americano, por lo que no se trata de un tubérculo exclusivo de México o Puebla.
El camote cuenta con un alto valor nutricional, pues incluso es preparado en papilla para ayudar a calmar los nervios.