La ciudad de Puebla fue fundada el 16 de abril de 1531 originalmente pensado como un sitio exclusivo para los españoles, sin embargo, los barrios surgieron como una respuesta a la inevitable presencia de población indígena.
Los barrios se establecieron del otro lado del antiguo río de San Francisco, en lo que ahora es el bulevar Héroes de 5 de Mayo, como señala la Revista Cuetlaxcoapan, y fueron creados para que la población indígena – que venía de Cholula, Calpan, Huejotzingo, México, Texcoco, Cuauhtinchan, Tepeaca, Tecali y Tlaxcala – se alojara en lo que entonces era la periferia de la ciudad
En libros como Puebla a través de los siglos se menciona que, en un inicio, Puebla contaba con siete barrios. No obstante, otras fuentes, como el libro Los antiguos barrios de Puebla, señalan que se trata de 19 barrios, si se toman en cuenta los arrabales.
Aquí te contamos sobre tres de los antiguos barrios de Puebla que son destinos imperdibles para tu próxima visita a la capital del estado.
El Barrio de Analco, que en náhuatl significa “al otro lado del río”, se originó en el arrabal Tepetlapan por extensión de Tlaxcaltecapan, el lugar donde se asentaron los tlaxcaltecas, y sus primeros habitantes se caracterizaron por la fabricación de loza.
Conforme creció, el Barrio de Analco se fue conformando por otros arrabales, como Huilocaltitlán, el más importante y sede de la iglesia del Santo Ángel Custodio; Xochititlán al sur y Yancuitlalpan, en donde se presume que se estableció la población de la Mixteca.
Con el posterior arribo de pobladores españoles y de otros grupos indígenas, Analco se convirtió en un barrio muy dinámico. Es conocido por la Parroquia del Santo Ángel Custodio, cuya construcción comenzó en 1618.
Otro atractivo del Barrio de Analco es el Puente de Ovando, cuya construcción fue aprobada en 1769; el entonces regidor, Agustín de Ovando Villavicencio, otorgó 800 pesos para su construcción y el gremio de panaderos donó 2 mil pesos. Este puente sirvió para comunicar el barrio con la traza española y recibió su nombre debido a que se ubicaba cerca de la casa del regidor. Hoy en día existe una leyenda que cuenta que en el Puente de Ovando se aparece el fantasma del regidor o el de su hija, quien fue asesinada por su hermano.
Otro de los antiguos barrios de la ciudad de Puebla es el Barrio de La Luz y se caracteriza por ser uno de los lugares en donde sobrevive la alfarería desde tiempos prehispánicos, como señala el portal Radio BUAP.
Los alfareros del Barrio de la Luz fueron conocidos por producir loza con una técnica conocida como greta, la cual incorpora el sistema de vidriada. A su vez, las piezas producidas con esta técnica fueron ligadas con uno de los platillos más tradicionales de Puebla: el mole.
Otro atractivo de este barrio es la Parroquia de la Luz, la cual conquista a los visitantes con su estilo barroco y su fachada con figuras de San Pedro y San Pablo. Durante la fiesta patronal, que se celebra en mayo o junio, los alfareros colocan coloridos tapetes de aserrín para venerar a la Virgen de Nuestra Señora de la Luz.
Si bien el Barrio de Xanenetla fue por mucho tiempo uno de los barrios bravos de la ciudad, hoy en día es conocido como el Distrito Mural de Puebla.
Transformadas por el arte, las calles empedradas del Barrio de Xanenetla cuentan ahora con impresionantes murales que lo han vuelto un referente del arte urbano a nivel nacional.
El Barrio de Xanenetla, que tiene calles estrechas y difíciles de caminar, fue fundado en 1551 y tuvo una presencia importante en el sector de la construcción dado que el xalnene, que es una mezcla especial de piedra y barro, era predominante en el área y se utilizaba en toda la ciudad.
Además de sus coloridos murales, Xanenetla también alberga sitios como la Plazuela Texcoco, la Iglesia de Santa Inés, y el Estadio Olímpico Ignacio Zaragoza, que fue sede del equipo de béisbol Los Pericos de Puebla y que también fue sede de los Juegos Olímpicos de México 1968.