Muchas veces se ha pensado que el altar de muertos debe ser de diferentes niveles, pero en realidad no existe un reglamento que diga lo que debe llevar una ofrenda. Lo importante es la intención de mantenerlos en el recuerdo, dicen los creyentes de este culto.
Pedro Mauro Ramos Vázquez, jefe de cronistas del estado de Puebla, indicó que debido a la pandemia por Covid-19 para muchas familias resulta un impedimento colocar una fastuosa ofrenda de muertos.
“El motivo que uno tiene, como familiar de quien ya no está, es el anhelo de tener ese encuentro. Lo que importa es el sentimiento de recibirlo una o dos noches en nuestros corazones y recordar a nuestros antepasados”, dijo.
En entrevista con El Universal Puebla dijo que si no existe el recurso económico, se puede poner la comida que le gustaba, una prenda y vivir estas tradiciones de la mejor manera.
Anteriormente no se acostumbraba poner las ofrendas en niveles como ahora se utiliza.
Esto es lo que no debe faltar en la ofrenda:
1) Un vaso de agua para calmar la sed de las almas, ya que hacen un recorrido para visitar a sus familiares.
2) Un plato con sal, pues en muchas culturas este ingrediente sirve como purificador, y ayuda para que el alma no se corrompa durante su viaje de retorno al descanso eterno.
También se cree que se pone este elemento para darle sabor a los alimentos, porque al estar “en el otro mundo”, pierden el sabor por el viaje.
3) Hojaldras, que se incluyen porque simbolizan la osamenta de la persona a quien está dedicada la ofrenda.
La bola principal representa el cráneo y las de menor tamaño significan los huesos en forma de cruz. El ajonjolí simboliza la tierra que cubre el cuerpo al momento de enterrarlo.
4) Velas, no deben de faltar porque ayudan a guiar a las almas para que lleguen a la ofrenda que han puesto sus dolientes.
Son elementos que también se dedican a iluminar las almas de quienes han sido olvidados por su familia, o que ya no tienen quién les ponga una ofrenda.
Incluso –mencionó el cronista- hay quienes colocan un camino con pétalos de flor de cempasúchil desde la puerta de su casa hasta donde está la ofrenda.
5) Sahumerio con carbón en el que depositan incienso y copal para purificar todo el espacio donde se ha colocado la ofrenda, y con el aroma se guía el alma del difunto.
6) Flores, además de adornar, también sirven para purificar el aire y llenan de alegría las almas de los niños.
7) Retrato, no debe faltar para que las familias, principalmente los niños, identifiquen a quién está dedicada la ofrenda y qué papel representaba en el clan.
“En cada familia, en cada hogar, tenemos ciertas características que hacen las ofrendas únicas, pero que en general ayudan a que prevalezca esta tradición que distingue a los mexicanos”, mencionó.
Las ofrendas o altares dedicados a las almas de los seres queridos que ya fallecieron fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el 2008.