En el corazón del Barrio de Xonaca, en la ciudad de Puebla, se encuentra la Fuente de los Muñecos, en torno a la cual circula una de las leyendas más famosas de la capital poblana.

Entre la calle 22 Oriente y 18 Norte de esta zona se levanta esta pequeña fuente que es reinada por un par de niños, de rostro pálido y sin expresión.

Una niña peinada con dos trenzas que lleva puesto un vestido amarillo con adornos rojos, rodea con su brazo a su compañero quien viste un overol azul y camisa verde. Ella sujeta un libro bajo su brazo, mientras los chorros de agua los empapan a cada momento.

¿Quiénes son los niños de la Fuente de los Muñecos? La historia de esta singular pareja se remonta a mediados del siglo pasado.

El Barrio de Xonaca anteriormente era conocido como Barrio de los Catrines, debido a las familias adineradas del centro de México construían ahí fincas y casas de descanso, donde acostumbraban pasar largas temporadas.

Precisamente, Maximino Ávila Camacho, quien fue gobernador de Puebla de 1937 a 1941, construyó en esta zona su casa de verano. Justo frente a la iglesia de La Candelaria, en una casona que alguna vez fue ocupada por la emperatriz Carlota, quien fue esposa de Maximiliano de Habsburgo

Uno de los caballerangos de Maximino Ávila Camacho tenía dos hijos, una niña y un niños, de seis y siete años, respectivamente. Ambos eran muy amados por su familia y los pobladores.

La historia cuenta que un día una tormenta azotó esta zona de la ciudad de Puebla, justo cuando los niños se dirigían hacia la escuela. Sin embargo, los menores nunca llegaron.

Al paso de las horas y al ver que los niños no regresaron a casa, sus padres y vecinos de Xonaca salieron a buscarlos.

La búsqueda duró días pero no se encontró rastro alguno de los pequeños. Con pena y dolor, todos dedujeron que debido a la fuerte lluvia, los niños cayeron en un pozo de agua aledaño a la casa del general Ávila Camacho.

Al enterarse de lo ocurrido, el general, quien tenía en muy alta estima a su caballerango, ordenó que se construyera una fuente con azulejos de talavera y un pedestal con dos figuras de niños, justo en la zona donde se cree que cayeron sus cuerpos.

Se dice que por las noches, las figuras inanimadas de la Fuente de los Muñecos cobran vida para jugar, correr  por las calles empedradas de Xonaca; algunos vecinos incluso aseguran que su risa se escucha por todo el barrio hasta al amanecer, cuando de nuevo regresan al pedestal de talavera para petrificarse.

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