En los últimos años, la escena de cafeterías en Puebla ha tomado un giro interesante al combinar un ambiente visualmente atractivo con una oferta culinaria de calidad, las propuestas son amplias y en El Universal Puebla te recomendamos algunas que no te puedes perder si quieres vivir una experiencia más aesthetic.
Estas cafeterías se encuentran en la zona metropolitana destacan no solo por su café, sino también por su diseño interior cuidadosamente curado, donde cada detalle, desde la decoración hasta la presentación de los platillos, está pensado para crear una experiencia estética y sensorial única.
Simera Coffe Shop
En Plaza Kentro, ubicada en el bulevar Atlixcáyotl local 112, se encuentra una de las cafeterías de moda y que destaca debido a su cuidadoso y detallado trabajo en la iluminación para reforzar el diseño de interior.
Símera adopta el concepto “light as a form giver” como parte esencial de su diseño, la paleta de colores es neutra y cuenta con paneles personalizables de luz que seccionan los espacios para crear ambientes, así que pueden adecuarse para diversas situaciones, desde cumpleaños hasta reuniones formales.
Despabilatte
Otra de las cafeterías que vale la pena visitar es Despabilatte, que se ubica en la 3 Sur 905 en el Centro Histórico de Puebla. Abrió este 2024 y además de la gran barra de café, la propuesta visual es prometedora.
Hay mucho verde y beige con tonalidades pastel y la temática parece estar basada en una mezcla del concepto minimalista con el industrial, aunque aprovecha la casona en la que se encuentra para brindar una sensación de amplitud.
Begonia Cafetería y Postres
En Plaza Marsala del bulevar Atlixcáyotl, se encuentra esta cafetería especializada en postres y cuenta con una amplia variedad de bebidas, desde café hasta bebidas de Taro, además de contar con mercancía de todo tipo, desde botanas hasta termos con cuarzos y libretas.
También destaca por ser un lugar bastante instagrameable, pues su paleta de colores está basada en el rosa y da la sensación de encontrarse en una escena del Gran Hotel Budapest, perfecta para los amantes de Wes Anderson o los estilos monocromáticos.