No es un flan, no es natilla, ni es manjar, es una cremita que los poblanos pueden disfrutar a la hora que lo deseen en la fuente de sodas La California, un negocio que surgió en la ciudad de Puebla en 1935.
Imagen de la fuente de sodas La California | Foto: Facebook @LACALIFORNIAPUEBLA
Poco se sabe del origen de este postre, el cual se le atribuye a la señora Natalia Drusina, descendiente de España.
Se cree que tomó parte de los ingredientes de la natilla española, e innovó con otro más, que dieron como resultado la cremita poblana y comenzó a venderse en La California.
Estas cremitas son una tradición en Puebla | Foto: Facebook @LACALIFORNIAPUEBLA
Las cremitas de La California, a pesar de los años, siguen conquistando paladares de propios y extraños, incluso despiertan curiosidad entre los turistas que, antes de retornar a sus lugares de origen, compran una cremita poblana y piden media docena más para llevar.
Si la degustas en la fuente de sodas te sorprenderá cómo en un pequeño vaso de plástico, con los característicos colores turquesa, rojo o azul, puede caber tanta delicia que te despierta el antojo de querer más, más y más.
La receta sigue siendo un misterio, pero cucharada tras cucharada pruebas el sabor de la leche y vainilla; sin saber cuáles otros ingredientes posee este dulce cremoso, espeso, perfumado, que no es blanco, pero tampoco amarillo como un flan.
A través de las plataformas, La California hace llegar las cremitas poblanas a la comodidad de tu trabajo u oficina, y también puedes recogerlo en cualquiera de sus sucursales con un costo de 23 pesos cada vaso.
La cremita poblana es el producto estrella de este comercio famoso por otros alimentos como flanes horneados, tortas y pambazos de tinga y mole, gelatinas, paletas de leche, malteadas, aguas frescas, su línea de galletas y libros de nata, entre otras delicias.
En este establecimiento puedes disfrutar un flan horneado | Foto: Facebook @LACALIFORNIAPUEBLA
La California es un comercio que abrió sus puertas en la calle 4 Oriente número 3, en el Centro Histórico de Puebla, a dos calles de la Catedral, por lo que en aquella época era uno de los puntos de reunión de las familias poblanas.
A salir de misa, era común ver a los jóvenes o adultos hacer una parada en este comercio, que mantiene su decoración propia de los años 50’s, lo que hoy muchos consideran “vintage”.
La nostalgia ha sido el factor principal para que nuevas generaciones conozcan de este comercio, porque sus padres los llevan a La California tal como lo hicieron sus abuelos.
En medio de la modernidad de los comercios aledaños, La California mantiene sus letreros con luz neón, decorados sus muros con colores verde pistache, y bancas altas en color naranja y amarillo alrededor de la barra mostrador.
En la tienda matriz pareciera que no ha pasado el tiempo, pues conserva el congelador de paletas a la entrada del negocio, lo mismo que el caballito de monedas y la báscula de pie.
La misma decoración es para sus sucursales en calle 5 Poniente número 305, y en la calle 3 Norte número 5, ambas en el Centro Histórico, así como en Plaza Dorada, Plaza San Diego y Plaza Vía San Ángel en zona Angelópolis.