Las fiestas de Navidad y Año Nuevo están a la vuelta de la esquina, celebraciones que reúnen a familias y amigos. Para los brindis, los comensales ponen en sus mesas todo tipo de bebidas, por lo que te recomendamos las más tradicionales que se elaboran en municipios de Puebla.
Muchos deben saber que esta bebida tiene su origen en las cocinas conventuales de la ciudad de Puebla, específicamente por la orden religiosa de Las Clarisas Capuchinas, en el siglo XVII.
La receta original era una mezcla de yemas de huevo, canela y azúcar que se sometía al calor. La clave está en no dejar de batir para que al final no quede un gran huevo revuelto azucarado, sino una bebida.
Esa era la receta que sólo podían disfrutar las visitas que llegaban a los conventos, pero que poco a poco se fue mejorando al grado de agregarle alcohol para su conservación.
Las órdenes religiosas, a fin de ayudar a su economía, comenzaron la comercialización de los productos, mismos que ahora pueden degustarse con sabores a nuez y piñón.
El rompope puede disfrutarse como aperitivo o digestivo.
Esta bebida también tiene sus orígenes españoles, pues fueron los frailes franciscanos quienes enseñaron a los pobladores de la región de Huejotzingo a elaborar esta bebida a base de manzana o pera.
Huejotzingo se ubica en las faldas de la sierra nevada y desde 1920 las familias han preparado esta bebida con un grado de alcohol bajo, de 2 a 8 por ciento, para brindar en las celebraciones decembrinas.
Actualmente hay cerca de 30 casas fabricantes en el municipio, lo que lo convirtió en el principal productor de sidra del país, con precios promedio de 80 a 150 pesos, dependiendo del tamaño de la botella.
La Feria de la Sidra, que cada año se realiza a finales de noviembre y principios de diciembre en el zócalo del municipio, atrae a cada vez más visitantes y compradores.
Esta misma bebida también se elabora en Zacatlán, Pueblo Mágico ubicado en la Sierra Norte de Puebla, donde algunos productores abren sus talleres para mostrar a los visitantes el proceso de producción, envasado, etiquetado y empaquetado.
En Chignahuapan, municipio vecino de Zacatlán, los pobladores ofrecen a los visitantes pruebas de sus licores hechos a base de frutas, también con un grado de alcohol bajo.
Los hay de almendra, naranja, toronjil, anís, café, membrillo, moras y blueberry. También disfruta de una crema de coco, almendra, piñón y pistache.
En Cuetzalan, reconocido por sus hermosos paisajes naturales y tradiciones, es famosa la bebida denominada Yolixpa.
Esta infusión fue creada con la tradición herbolaria de ascendencia indígena para curar enfermedades del cuerpo, pero ahora se ha vuelto tan popular que también se usa como digestivo e incluso para curar las penas de amor.
Depende del productor el número de hierbas aromáticas y curativas que se emplean, mismas que se ponen en un destilado de caña y después de macerar ya puede degustarse.
El sabor es entre dulce y amargo porque algunas de las hierbas que se usan son albahaca, toronjil, ruda, té limón, ajenjo, menta, salvia, tomillo, orégano y hierbabuena, entre otras.
Como en todo, el primer sorbo puede tomarte de sorpresa, pero una vez que calientas la garganta disfrutas de esta bebida.
Ahora que tienes opciones para tus brindis de fin de año, consume lo local y promueve los productos artesanales que sostienen a miles de familias poblanas.