Uno de los platillos tradicionales de Pahuatlán son los “chicales”, también conocidos como el caviar de los aztecas, unas hormigas rojas gigantes que son un manjar en temporadas de lluvias.
De acuerdo con el portal web de Pueblos Mágicos, la recolección de este tipo de hormigas se produce una vez al año, cuando estos insectos salen de sus nidos tras las fuertes lluvias en busca de comida. Es en ese momento que pahuatlenses salen atraparlas. Se puede decir que es un platillo temporal, pues solo en estas fechas se puede conseguir este exótico manjar.
El proceso de recolección de estas hormigas gigantes se llama "chicalea" y comúnmente se realiza de noche, cuando los habitantes se organizan para visitar los nidos; aunque cazarlas puede ser realmente cansado, ya que estos insectos cuentan con una especie de tenazas, las cuales utilizan como defensa.
Cada nido puede tener de 20 hasta 50 hormigas, las cuales son depositadas en cubetas con tapas para que no logren escaparse. Posteriormente, son llevadas a las casas, para limpiarlas, quitarles las alas y prepararlas en salsa de molcajete con carne de cerdo o fritas con chiltepín.
La forma más común de prepararlas es en un molcajete con ajo, jitomate, cebolla y chile ancho. Todo se mezcla hasta convertirse en una salsa que se acompaña con huevo o carne de cerdo.
¿Cómo llegar a Pahuatlán?
Pahuatlán es Pueblo Mágico de Puebla, se ubica en la Sierra Norte, en los límites con Hidalgo, además de chicales cuenta con una gran variedad de alimentos prehispánicos como tamales de cacahuate, de hollejo, o de pascal y los guisos a base de flores.
Pahuatlán está a 3 horas de la ciudad de Puebla, para llegar puedes irte por Apizaco, Tlaxcala y continuar hacia Tlaxco, donde se puede tomar la autopista hacia el Tejocotal o continuar hacia Zacatlán. Al llegar al municipio de Acaxochitlán ya sea por San Pedro o por San Miguel del Resgate se puede llegar a este pueblo mágico.
¿Sabías que en México se consumen insectos desde la época prehispánica?
De acuerdo con José Manuel Pino Moreno, entomólogo del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los habitantes del México prehispánico se alimentaban con una gran diversidad de insectos: gusanos, escamoles, chapulines, chicales, axayácatl y jumiles que provenían tanto del medio terrestre como del acuático.
Respecto de la calidad de los insectos como fuente de proteína, el especialista señala que los chapulines y los grillos son más ricos en proteínas que el pollo, el huevo, la carne de res, el frijol, las lentejas y la soya.