Enclavado en la majestuosa Sierra Norte de Puebla, se encuentra un paraíso prehispánico que promete cautivarte con su belleza natural y deleitarte con su gastronomía auténtica. Este destino, lleno de historia y tradiciones, es perfecto para quienes buscan una escapada de fin de semana inolvidable. ¿Quieres saber dónde está y cómo llegar?, quédate en esta nota y descubre todo lo que necesitas para planear tu visita.
La Sierra Poblana alberga numerosos destinos fascinantes que esperan ser explorados, y Ahuacatlán es uno de ellos.
Este pintoresco pueblo de montaña se encuentra en la parte noreste del estado de Puebla, a 35 kilómetros de Zacatlán. Su nombre proviene del náhuatl “ahuácatl, tlan”, que significa “lugar junto a los aguacates”.
De acuerdo con la Guía Turística de México, Ahuacatlán fue en sus inicios un asentamiento de comunidades totonacas. Posteriormente, quedó bajo el dominio de la Triple Alianza (México-Texcoco-Tlacopan) y, tras la llegada de los españoles, se le otorgó el nombre de San Juan Ahuacatlán.
Hasta 1895, pertenecía al antiguo distrito de Zacatlán, momento en el cual se convirtió en un municipio libre.
Actualmente, este pueblo combina tradición y belleza natural, siendo hogar de comunidades nahuas y totonacas. Su riqueza cultural y paisajes impresionantes atraen a visitantes de todas partes.
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El municipio de Ahuacatlán se distingue por sus hermosos paisajes naturales y atractivos turísticos como lo son:
Este templo del siglo XVIII es un ejemplo del barroco indígena. Su fachada es una obra de arte y su atrio amplio sigue siendo escenario de celebraciones tradicionales, como la “Bendición de las Semillas para la Siembra”, realizada la semana previa al Miércoles de Ceniza.
Adentro de la iglesia, hay una escultura en piedra de San Miguel Arcángel y un nicho con una talla en madera de San Juan Bautista, ambas del siglo XVlll. De igual forma puedes apreciar cinco óleos con imágenes, representaciones y motivos de la vida de San Juan Bautista.
Escondida entre árboles y acompañada por el río Ixquihuacan, el agua de esta cascada no cae de muy alto, pero lo hace con la fuerza necesaria para ser todo un espectáculo.
Además, en las cercanías del río, se encuentra una tirolesa que se eleva a más de 100 metros de altura, añadiendo aún más emoción a la experiencia.
Entre los platillos tradicionales de Ahuacatlán destacan los tamales “de puñete”, elaborados con masa moldeada en el puño de la mano y rellenos de salsa o mole con carne.
El municipio se distingue por su producción de café y zarzamora, así como por sus artesanías de barro, ideales para llevar un recuerdo del lugar.
Por último, si planeas visitarlo, ten en cuenta las siguientes fechas para disfrutar de actividades adicionales: el 30 de noviembre se celebra la fiesta en honor a San Andrés, que incluye misas, rezos, procesiones, bailes populares, juegos pirotécnicos y danzas tradicionales de “Huehues”. Por otro lado, en el mes de febrero tiene lugar la principal fiesta patronal, conocida como “Los Doce Pares de Francia”.