Las personas nunca están exentas de situaciones que les provoquen preocupación o que les generen estrés, pero deben de aprender a controlarlo para evitar que se desencadenen otros padecimientos que pueden perjudicar a la salud.

¿Qué es el estrés?

De acuerdo con información de la se puede definir el estrés como un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil.

Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos, pero es la forma en que reaccionamos ante las situaciones estresantes lo que marca el modo en que afecta a nuestro bienestar.

Cuando tenemos estrés nos resulta difícil relajarnos y concentrarnos, y podemos sentirnos ansiosos o irritables. Además, el estrés puede causar dolor de cabeza o de otras partes del cuerpo, malestar gástrico, dificultades para dormir o alteraciones del apetito (comer más o menos de la cuenta).

También puede causar o exacerbar problemas de salud mental, frecuentemente ansiedad o depresión, que requieren atención médica.


¿Qué enfermedad se genera por el estrés?

Especialistas en salud han identificado que el estrés crónico está relacionado con la disminución de las respuestas de anticuerpos, ocasionando que el sistema inmune se debilite, lo que favorece el desarrollo de padecimientos como la diabetes, la obesidad y la insuficiencia cardiaca.

Sin embargo, también se ha identificado que el estrés puede provocar enfermedades como el herpes zóster, también conocido como culebrilla porque esa es la forma que aparece en alguna parte del cuerpo, principalmente debajo del pecho y abarcando la espalda.

Aún se investiga la relación directa entre el estrés y el desarrollo del herpes zóster, pero se sabe que al debilitar el sistema inmune, el estrés reactiva el virus varicela-zóster, el cual se encuentra presente en el 99 por ciento de los adultos de 40 años y más.



¿Cuáles son los síntomas del herpes zóster o culebrilla?

Esta enfermedad causa un sarpullido doloroso en la piel y los síntomas son:

  • Ardor o dolor punzante
  • Hormigueo o picazón
  • Escalofríos
  • Fiebre
  • Dolor de cabeza
  • Malestar estomacal
  • Sarpullido o ampollas que se presentan en un lado del cuerpo, por lo general en la cara o alrededor de la cintura.

El herpes zóster no es contagioso, pero una persona puede transmitir el virus cuando el sarpullido está en la fase de ampollas, por lo que es importante mantener el sarpullido cubierto.

La mayoría de los casos de culebrilla duran de tres a cinco semanas y la mayoría de las personas contraen esta enfermedad solo una vez, pero es posible tenerla más de una vez.

Esta enfermedad no tiene cura, pero se puede tratar para disminuir los síntomas, por ello es importante que los adultos mantengan una vigilancia constante sobre su salud y bienestar.

Ante cualquier síntoma o inquietud, se recomienda consultar a un médico para recibir una evaluación adecuada y conocer todas las medidas de prevención disponibles.

Google News

TEMAS RELACIONADOS