A dos horas y 44 minutos de la capital poblana existe un área natural rodeada de bellos paisajes, ideal para realizar senderismo y deportes de montaña.
El Rancho Santa Elena se encuentra escondido en los alrededores de la Sierra de las Navajas, la cual es famosa por sus minas y antiguos talleres de obsidiana.
De acuerdo con su página web, Santa Elena fue parte de la Hacienda de San Juan Hueyapan y su historia comienza con Pedro de Paz, un pariente de Hernán Cortés, que fundó Hueyapan a finales del siglo XVI.
Un siglo más tarde la hacienda ya se había desintegrado parcialmente y parte de las tierras comenzaron a ser utilizadas por los pequeños propietarios y arrendatarios, así como por las poblaciones indígenas
A lo largo de los años, la hacienda cambió de propietarios en varias ocasiones hasta que finalmente fue adquirida por José Landero a finales del siglo XIX. Durante este período, se construyó la presa de San Carlos con el objetivo de respaldar las actividades agrícolas llevadas a cabo en la hacienda.
Para conservar el Rancho Santa Elena organiza actividades al de ecoturismos y deportes de aventura como por ejemplo: caminatas, ciclismo de montaña, remar en kayak, nadar en tres cuerpos de agua e incluso lanzarte de una tirolesa.
Además, puedes hospedarte, ya sea en una estancia o en cabañas de diversos tamaños y características
La entrada a Santa Elena es de:
Adultos: 300 pesos
Menores de 4 hasta 12 años: 150 pesos
Mascota: 150 pesos
En Santa Elena cuenta con un comedor con capacidad para 40 personas y una amplia cocina, donde puedes degustar comida casera, sana y natural.
El Rancho Santa Elena se localiza en Acatlán, kilómetro 10, Huasca de Ocampo, Hidalgo.
Desde la ciudad de Puebla, puedes utilizar la autopista Arco Norte, para llegar más rápido a Tulancingo.