A finales de la década de 1960, el ingeniero Rafael Méndez Múñoz llegó a vivir a Chignahuapan. Sin saberlo, se convertiría en uno de los personajes que cambiarían la historia de este Pueblo Mágico del estado de Puebla.
Tras llegar a Chignahuapan, Rafael Méndez puso un taller de fabricación de esferas navideñas de vidrio. Dicho establecimiento fue el primer local en el que comenzó una tradición de más de 50 años.
Existen varias versiones sobre el lugar de nacimiento, algunas fuentes señalan que nació en Jalisco; otras apuntan a Uruapán, Michoacán. La confusión puede deberse a que su esposa, doña Amparo, es originaria de Jalisco. La pareja se conoció en Guadalajara.
Lo que sí es un hecho, es que Rafael Méndez se convirtió en un poblano por decisión.
Méndez Muñoz estudió ingeniería química. Llegó a Chignahuapan en 1965, y tras varios años decidió probar suerte con la producción de esferas navideñas.
En 1969 abrió su taller y para un año más tarde ya tenía a 25 empleados.
El negocio creció de tal manera que varios empleados del ingeniero Méndez decidieron poner sus propios talleres.
Se generó entonces una relación de dependencia y colaboración entre el primer taller y los otros negocios que surgieron.
En 1970 es cuando el aprendizaje la experiencia y el espíritu emprendedor de algunos de los trabajadores del primer taller, permiten la separación del mismo para formar los propios con organización familiar, generándose una relación de dependencia con el de origen, que sirvió en sus inicios como proveedor de algunos insumos para poder así elaborar sus productos, al tiempo que colaboraba con ellos en la compraba de parte de su producción para cumplir con los compromisos comerciales que ésa unidad productiva había establecido con anterioridad, señala un estudio publicado por Claudia Montaño Pérez y Serafín Ríos Elorza, investigadores del Colegio de Tlaxcala
En un principio, la esferas de Chignahuapan se vendieron en municipios cercanos como Zacatlán, Tlaxco, Tlaxcala, Puebla. Posteriormente, el comercio se extendió hasta la CDMX.
Siendo de 1970 a 1985 el periodo más productivo para la empresa original debido a que contaban con una plantilla mayor a 100 trabajadores dentro de ella y se producían de 25 a 30 mil cajas de esfera semanalmente, llegando a exportar a países como España, Venezuela y Estados Unidos de Norte América.
Las esferas de Navidad mueven la economía de Chignahuapan. Se estima que el 80% de las familias de esta localidad tienen como principal actividad la producción de estos adornos navideños.
Más de 400 talleres y fábricas producen esferas de navidad a lo largo de todo el año. Un pequeño taller familiar puede fabricar mil 500 esferas diarias, lo que al año se traduce en más de medio millón de estos globos de cristal que han conquistado a miles.
Antes de la pandemia de Covid-19, Chignahuapan llegó a recibir a más de 600 mil durante la temporada alta, es decir, en las últimas semanas de octubre y noviembre.
Las esferas de Chignahuapan tienen fama internacional. Su belleza y alegría ha traspasado fronteras y océanos, llegando incluso a ser parte de la decoración navideña de El Vaticano.
Rafael Méndez Múñoz murió en agosto de 2014. Su legado transformó a Chignahuapan, de ser una localidad dedicada principalmente a las actividades agrícolas a un Pueblo Mágico, dedicado a la producción de millones de esferas navideñas y el turismo.
Los habitantes y el gobierno de Chignahuapan honraron a Méndez Muñoz con un busto que se encuentra en la plaza principal.
A continuación te compartimos algunas imágenes de la producción de esferas de Casa Méndez, el taller original que fundó Rafael Méndez. Todas las imágenes que acompañan a este contenido fueron tomadas de su página de Facebook. Da clic en este enlace para visitarla.