El Cerro Cabezón es uno de los atractivos naturales más impresionantes de Tlatlauquitepec, Puebla. Esta majestuosa formación montañosa no solo resalta por su belleza y su importancia en la región, sino también por los enigmas que la rodean. Entre los relatos más fascinantes que circulan sobre este lugar, se menciona la posible existencia de un portal. Pero, ¿qué tan cierto es? Aquí te lo decimos.

En Tlatlauquitepec hay una gran variedad de actividades por disfrutar, desde recorrer su tranquilo Centro Histórico y deleitarse con su exquisita gastronomía, hasta realizar emocionantes deportes extremos como rappel, tirolesa y senderismo, ideales para los amantes de la adrenalina.

Uno de los principales símbolos de la región es el imponente Cerro Cabezón, cuya peculiar forma de un hombre acostado, visible desde el barrio Jiliapan, al noroeste de Tlatlauquitepec, atrae la atención de quienes lo observan. En este monolito de piedra caliza, que se eleva a 250 metros de altura, habita la comunidad de Tepehican, a solo 15 minutos del centro del pueblo.

Foto: Redes sociales
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El Cerro Cabezón tiene un gran significado para los tlatlauquenses, pues se cree que en tiempos prehispánicos fue un centro ceremonial del señorío de Olinteutli, cuyo nombre, de origen náhuatl, significa “señor en movimiento”. Hoy en día, este sitio atrae a los turistas por su rica naturaleza, sus senderos y sus impresionantes formaciones rocosas.

Entre las historias que circulan en el pueblo sobre este cerro, destaca una leyenda que cuenta que, a principios del siglo XX, dos jóvenes enamorados, Miguel y Fátima, decidieron explorar las misteriosas cuevas del Cerro Cabezón.

Un domingo, la pareja se adentró en una de las cuevas, guiados solo por sus lámparas. A medida que avanzaban, escucharon el sonido de una corriente de agua que los envolvía y, a pesar de la oscuridad y el miedo, continuaron caminando. De repente, una extraña sensación de ser observados los hizo detenerse, pero fue cuando una risa siniestra resonó por todo el lugar que el miedo los obligó a retroceder. Al intentar escapar, Fátima tropezó y cayó en un profundo hoyo, mientras Miguel trataba de salvarla sin éxito.

Finalmente, Miguel logró salir de la cueva semanas después, pero su aspecto deteriorado reflejaba el sufrimiento vivido en su encierro. Se cuenta que, a partir de entonces, se vieron los espíritus de los jóvenes por los alrededores del cerro, advirtiendo a quienes intentaban explorar las cuevas.

Foto: Redes Sociales
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Entre los principales atractivos turísticos de la zona se encuentra el Centro Ecoturístico YecahtzolTepec, conocido como "La Nariz del Cerro Cabezón", donde se puede practicar rappel de 60 metros, ciclismo de montaña, senderismo y emocionantes descensos en dos tirolesas de gran altura. La primera tirolesa sube hasta los 150 metros, mientras que la segunda alcanza los 200 metros, ofreciendo una vista impresionante de las cascadas doradas que adornan las paredes del cerro. Para llegar a esta experiencia, es necesario hacer senderismo antes de lanzarse a la aventura.

Además, en la misma área se encuentran las cuevas "La Dorada" y "El Cocodrilo", perfectas para los amantes del senderismo y la espeleología.

¿Cómo llegar?

Tlatlauquitepec está a aproximadamente 1 hora y 40 minutos de la ciudad de Puebla, accesible por la autopista 140D (Puebla-Perote), tomando la desviación hacia la 129D. Desde ahí, se puede salir en la caseta de Zaragoza o continuar hasta el entronque hacia Tlatlauquitepec.

Una vez en el pueblo, el Cerro Cabezón se encuentra a 19 kilómetros, con señalización en el camino. Además, cuentan con estacionamientos y, en caso de que haya visitantes con discapacidad, se permite el acceso en vehículo para que todos puedan disfrutar de la experiencia.

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