Se aproxima el 2 de febrero, Día de la Candelaria, y el diente lo sabe. Todos aquellos que encontraron la figura del Niño Dios en la rosca de reyes deben cumplir con el compromiso de comprar tamales, por lo que te compartimos dónde venden los más ricos de Puebla.
Aún cuando se atraviesa el puente largo por un aniversario más de la Constitución Mexicana de 1917, ya sea en familia o con los compañeros de oficina, hay que compartir los tamales, desde los tradicionales hasta los gourmet.
A continuación, El Universal Puebla te comparte cinco sitios donde comprar este platillo mexicano, ideal para el desayuno, la cena o para quitar ese antojo a cualquier hora del día. Las recomendaciones son de acuerdo con usuarios en redes sociales.
Este negocio se localiza en la calle 20 Sur 1703 de la colonia Azcárate, donde venden tamalitos súper ricos, según comentarios en Instagram. Los hay desde los tradicionales en hojas de maíz, con más de 20 sabores, tanto dulces como salados, así como los tamales en hoja de plátano, que son el jarocho y el oaxaqueño.
Ahí puedes comprar tamales de chocolate rellenos de crema, los de epazote, champiñones, tinga y los especiales hawaianos, pipián rojo, chicharrón y otros guisos.
Los precios van desde 22 hasta 25 pesos, pero de acuerdo con los clientes, el costo lo vale por la calidad del producto.
Este lugar se encuentra en la calle 4 Norte número 1409 en la colonia Centro Histórico de Puebla, donde los consumidores pueden comprar los clásicos tamales de dulce con papitas, pero también gourmet como queso con zarzamora.
También puedes comprar tamales con Takis, chocoretas, birria o galleta Oreo, entre otros sabores que para los clásicos suenan disruptivos, pero una vez que los pruebas, conquistan sus paladares. Los precios van desde 16 pesos la pieza.
Estos son de los tamales más recomendados por clientes y se ubica en la Diagonal 16 A Sur número 9708, casi esquina de la 99 Oriente, de la colonia Granjas de San Isidro, al sur de la ciudad de Puebla.
Tienen los tradicionales, también los tamales jarochos con hoja de plátano y los dulces de piña y chocolate, con un precio desde 15 pesos. También podrás adquirir distintos sabores de atoles y champurrado.
Este es un local que se encuentra en la calle 13 Oriente esquina con la 2 Sur de la colonia El Carmen.
Es un establecimiento fundado desde 1975 por doña Teresa Domínguez Linares y es muy recomendado por vender los tamales rellenos de costilla de puerco o de cochinita pibil con limón. Su costo es de 17 pesos la pieza.
Este comercio se ubica en la calle 12 Poniente entre la 3 y 5 Norte, en el Centro Histórico de Puebla. No es una tamalería como tal, en realidad es un puesto de antojitos como los tlayoyos rellenos de alberjón, muy típicos de Teziutlán y Cuetzalan, en la Sierra Norte de Puebla.
En su comal venden la orden de tamales fritos, 3 por 30 pesos, que van rellenos de salsa roja con carne de pollo, a los cuales les pueden agregar salsa verde, roja o negra de chipotle, así como queso y crema, como si fuera un molote poblano.
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Cada 2 de febrero, la mayoría de los mexicanos celebran la fiesta de la Candelaria con tamales en la mesa. Existen de diversos tipos, sabores y colores, envueltos en hojas de totomoxtle (de maíz) o de plátano y rellenos desde mole hasta pejelagarto.
De acuerdo con Erika María Méndez Martínez, maestra en antropología por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la tradición de consumir tamales durante los primeros días de febrero no solo está asociada a la religión católica, sino también a otras fiestas como la bendición de las semillas.
Este ritual forma parte de las celebraciones de apertura del ciclo agrícola, en donde los campesinos ofrecen sus cosechas y una serie de oraciones pidiendo una buena temporada de siembra.
Asimismo, en esta fecha se conmemoraba la fiesta de Atamalcualiztli, un festejo en donde el platillo principal eran los tamales de agua y tenían como fin honrar a Tláloc, el dios mexica de la lluvia.
El cronista Fray Bernardino de Sahagún describe que, de acuerdo con el calendario mexica, se preparaban tamales que posteriormente eran colocados en altares y ofrendados a deidades como Xilonen, la diosa del maíz tierno, y Huitzilopochtli, el dios de la guerra.
Fray Bernardino de Sahagún describe en su libro *Historia General de las Cosas de Nueva España que incluso antes de la Conquista ya se comían tamales en México, algunos elaborados con ingredientes muy recatados como la espiga, hongos, gallina y hierba, pero muchos otros con sabores extravagantes como ahuautle, larvas de mosca; acuiliztca, gusanos blancos e itzcuintli, perro.