Del 30 de octubre al 2 de noviembre se llevará a cabo en el Pueblo Mágico de Cuetzalan el Festival de las Almas, Sones y Colores.

Este festival se realiza en el marco del Día de Muertos o de Todos los Santos, tradiciones cuyos orígenes se remontan a la época prehispánica.

Una de las tradiciones más arraigadas de Cuetzalan tiene que ver con honrar y celebrar a los seres queridos que han dejado esta vida, que de acuerdo con la cultura popular vuelven algunos días para convivir con quienes aún habitan este mundo.

Según la tradición, se coloca una ofrenda para ellos, que consiste en comida preparada como el pipián, el mole, chilposonte, tamales, calabaza dulce, café, atole, frutas como el plátano, mandarinas, jícama, agua, cerveza, aguardiente y cigarros.

Además se colocan arreglos elaborados con flor de Cempasúchil, cresta de gallo, se coloca copal o incienso, además de agua bendita.

El Festival de las Almas, Sones y Colores tiene como fin impulsar la celebración y mantener viva la tradición a través del fomento a actividades que revaloren cada una de las partes que la componen y se lleva a cabo a la par de la celebración tradicional.

De acuerdo con los organizadores el festival contará con las siguientes actividades:

  1. - Concurso de ofrendas tradicionales
  2. - Concurso de globos de papel china
  3. - Concurso de elaboración de tamales
  4. - Concurso de disfraces de mascotas
  5. - Talleres de elaboración de pan
  6. - Talleres de elaboración de globos de papel china
  7. - Talleres de cartonería
  8. - Música tradicional
  9. - Música moderna
  10. - Sensorama
  11. - Callejoneadas

La celebración del Día de Muertos en Cuetzalan incluye procesiones, representaciones y ofrendas.

La tradición señala que los primeros días se recuerda a los niños, ya sea que murieron antes de nacer o durante la infancia. Posteriormente llega la celebración a los difuntos adultos.

En Cuetzalan los pobladores se preparan con varios días de anticipación para conseguir insumos, elaborar los platillos y comprar el tradicional pan de muerto.

Entre los platillos típicos de esta festividad están los tamales de frijoles que se acompañan con pipián de pollo o guajolote.

También son famosos sus tamales de salsa, rajas, o de mole, que forman parte de las ofrendas.

Los altares que se adornan con la flor de cempasúchil sobre mesas en las que se acomodan ollas con comidas y tamales, además frutas de temporada, vino, cervezas y hasta juguetes.

También se encienden veladoras que iluminan día y noche la ofrenda.

Con la flor sobrante de cempasúchil, los caseros quitan los pétalos a las flores para trazar un camino que sale desde el altar hasta la parte exterior del hogar que alberga la ofrenda para indicar a los fieles difuntos el camino que pueden usar para llegar a casa.

Las iglesias católicas acompañan los días que duran los festejos con el repicar de campanas día y noche, desde el mediodía del 1 de noviembre hasta el mediodía del día 3.

Los niños y jóvenes elevan globos de papel china de diferentes tamaños y formas.

El 1 de noviembre se le dedica a los muertos mayores, por lo que para este día ya deben estar colocados en el altar todos los alimentos y bebidas correspondientes.

Como parte del ritual se invita a rezanderos de la comunidad a que realicen el rosario.

Durante toda la noche se cocina ya que el día 2 es obligada la visita a los compadres y ésta debe ser acompañada de una ofrenda.

El mismo día se visita el panteón al que llevan arreglos florales para ser depositados en las tumbas de los difuntos.

En Cuetzalan, sus habitantes producen uno de los cafés más aromáticos y reconocidos del país.

Este pueblo conserva dos danzas tradicionales que no dejan morir su pasado prehispánico: la Danza de los Quetzales y la Danza de los Voladores.

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