Chignahuapan, uno de los Pueblos Mágicos de Puebla, ofrece una serie de atractivos turísticos para quienes se animen a visitarlo en el marco del festejo del Día de Muertos.
Sin duda, el Festival de la Luz y la Vida, es el evento más esperado sobre el Día de Muertos en Chignahuapan.
Pero también existen otras actividades que se realizarán en el marco de esta celebración, la cual se considera como una de las tradiciones más importantes para los mexicanos.
Mirador al Mictlán
Uno de los paseos que puedes realizar si visitas Chignahuapan es al Mirador al Mictlán.
Se trata de una recreación de la leyenda prehispánica sobre el inframundo y el recorrido que deben realizar todas las almas antes de llegar al Mictlán, el reino de los muertos.
No se trata de una exposición temporal. Podrás visitarla en el Interior de la Plaza Mural, la cual se encuentra frente a la Inmaculada en Chignahuapan.
Precisamente, los habitantes de la región tienen la creencia que la Laguna de Chignahuapan es la entrada al Mictlán, el inframundo prehispánico. Así lo celebran en el Festival de las Almas que se realiza cada año.
"Es aquí donde inicia el camino de los cientos de habitantes que se reúnen en el zócalo de Chignahuapan, con antorchas que van abriendo paso por la Calzada de las Almas hasta llegar a el punto donde las almas tendrán el encuentro con el Mictlán, la Laguna de Chignahuapan".
El Festival de la Luz y la Vida 2022 se realizará del 29 de octubre al 1 de noviembre, en la Laguna de Chignahuapan.
Horario y costos
Puedes visitar el Mirador al Mictlán de lunes a domingo, en un horario de 8:30 de la mañana a las 8 de la noche.
El costo de la entrada es de 40 pesos para niños y 60 pesos para los adultos.
Si deseas más información sobre este mirador, da clic en este enlace.
¿Qué es el Mictlán?
El Día de Muertos como lo conocemos actualmente es una tradición que retoma elementos del México prehispánico y la celebración católica a los Fieles Difuntos.
Para los mexicas, cultura dominante en Mesoamérica cuando llegaron los españoles, la muerte era el comienzo de un viaje hacia un lugar llamado Mictlán, el reino de los muertos o inframundo.
Pero antes de llegar al Mictlán, el alma se tenía que desprender del cuerpo. Tlaltecuhtli era la diosa de la Tierra que se encargaba de devorar los cadáveres; de acuerdo al mito azteca, tras devorar los cuerpos, esta deidad paría las almas, las cuales podían iniciar así su camino hacia el Mictlán.
Las almas de los difuntos viajaban durante cuatro días para llegar al Mictlán, donde se encontraban con Mictlantecuhtli, señor de los muertos o Dios de la Muerte.